Si el cabello es lacio, quieren rulos; si el marido está distante, se sienten culpables. Si su hijo es rebelde, se entristecen por no considerarse una buena madre. Las mujeres, normalmente, se critican mucho en todas las áreas de la vida y, cuando el cambio que desean no sucede, pude haber perjuicios en la salud física y emocional.
Un grupo londinense llamado “Vigilantes del Peso”, divulgó recientemente un estudio que muestra que las mujeres se critican a sí mismas unas ocho veces al día en promedio. “Las mujeres sufren el bombardeo constante de imágenes de perfección y éxito”, dijo la investigadora Zoe Griffiths al periódico británico Daily Mirror. “En este mundo frenético y regido por la imagen, estamos viendo un aumento alarmante en la baja autoestima de las mujeres, en aspectos que van desde la forma en la que se ven a sí mismas hasta cómo se sienten en el trabajo”, completa.
Este exceso de autocrítica normalmente está relacionado al recelo de ser evaluada por los demás de forma negativa. Esa ansia que genera la necesidad de estar al nivel de las expectativas del otro puede poner en riesgo la felicidad. La competencia femenina, sumada a las exigencias del modelo de belleza impuesto por los medios hace que muchas se olviden de lo que realmente necesitan cambiar.
Por eso es necesario analizar con cautela lo que molesta y desagrada. Cuando una mujer observa sus propias actitudes, apariencia y pensamientos, puede cambiar para convertirse en una mujer mejor. La transformación puede ser positiva, pero también exagerada y perjudicial.
Al observar los errores empieza un proceso de cambio, pero si el autoanálisis se usa excesivamente, termina provocando la sensación de fracaso y puede hasta causar depresión.
La solución está en valorar los puntos fuertes. Verse diferente del otro, sin sentirse peor o inferior, y conocer sus propios límites son pasos fundamentales para una mayor aceptación.
Es necesario entender que cualquier autocrítica debe ser hecha de forma racional. Quejarse y sabotearse a sí misma no son los mejores caminos para ser una mujer mejor.
De nada sirve lamentarse. En vez de hacer eso, tome una actitud para modificar lo que realmente necesita ser cambiado. No se exija demasiado y huya de la idea de la perfección. La clave de la evolución femenina está en conocerse a sí misma. Entonces, menos críticas y más actitudes. La decisión es suya.
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