La historia de Jessica Gavagnin muestra el poder que tiene el sacrificio y cómo se pueden hacer realidad los sueños cuando uno prueba su fe en el Altar.
“Yo soñaba con tener una familia feliz, ver a mis hijas crecer sanas y tener éxito en mis negocios, y no fue nada fácil realizarlos. Desde muy chica en mi casa hubo miseria. Si bien mis padres intentaron darme siempre lo mejor, era muy difícil mantener el empleo, siempre terminaban perdiendo el trabajo por diferentes motivos. Durante mi adolescencia quedé embarazada de mi primera hija y luego tuve a la segunda, intenté sacar adelante el matrimonio pero no funcionó. Estando sola fue todo mucho más difícil, salía a buscar trabajo pero no conseguía, hasta quise abrir un negocio pero no lo logré. Estaba mal sentimentalmente, lloraba mucho, no entendía por qué me pasaba todo eso. Recuerdo que dejaba de comer para darle mi comida a mis hijas”, relata.
El momento más difícil de su vida fue cuando no tenía donde vivir: “No tenía plata para pagar el alquiler. El dueño me dijo que si no le pagaba, me iba a echar. Lo más humillante fue pedirle por favor que no nos echara a la calle.
En esa época conocí la Universal y me di cuenta de que era el lugar que estaba buscando. De a poco el cambio que necesitaba empezó a suceder porque aprendí a usar mi fe y me liberé de todo lo malo que cargaba.
También aprendí sobre el sacrificio y cuando tuve la oportunidad, me lancé. En cada Hoguera Santa las cosas fueron cambiando, sacrifiqué para ser feliz en el amor y gracias a Dios hoy lo soy. Después sacrifiqué para progresar económicamente y pudimos abrir nuestro primer negocio en un departamento, era una casa de decoración. Tiempo después, abrimos un local a la calle y luego un local más grande. Ese negocio creció y abrimos otro, un restaurante, ubicado en una muy linda zona de la Ciudad de Buenos Aires, compramos nuestro 0 km y luego compramos otro para trabajar.
Dios me dio lo que pedí porque yo le di lo que Él me pidió. Siempre supe que podía hacer más, todas mis conquistas vinieron del Altar”.
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