“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa.” (Malaquías 4:1) Y usted no quiere ser esa estopa, ¿no es verdad?
En varios pasajes, la Biblia llama la atención del lector para que no sea soberbio. Dice incluso, que “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6)
Es decir: aunque Dios desee ser parte de la vida de todos, los soberbios Lo mantienen distante.
Pero ¿qué es, exactamente, la soberbia?
El diccionario define esta característica como “Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas”. Aquí vemos que la soberbia es, básicamente, lo contrario de la humildad, cualidad tan recomendada y ejemplificada por el Señor Jesús.
Como consecuencia de tan grave personalidad, el obispo Clodomir Santos destaca que “la soberbia hace que las personas quieran ser iguales a Dios”. Y agrega que, a causa de ese defecto, muchas personas no logran obtener el favor de Dios, incluso asistiendo a la iglesia regularmente.
“Esa ha sido la tragedia de la vida de muchas personas que están en la iglesia, que se entregan a la soberbia de la vida y creen que porque tienen eso o aquello solucionarán el problema del alma y no lo solucionan”, afirma él.
Para que el problema no caiga también sobre su casa, la esposa del obispo Edir Macedo, Ester Bezerra, ha publicado varios mensajes al respecto en su blog personal. En cada mensaje, ella destaca un versículo bíblico y lo explica a los lectores. Sobre el salmo 119:21, que dice: “Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos”, ella explica: “La humillación llega al hombre para que él reconozca a Dios con temor, teniendo la oportunidad de reconocer que depende de Él y asumir el compromiso de nunca abandonarlo por nada de este mundo”.
Por lo tanto, hay que estar atento al propio comportamiento diariamente. La soberbia nace de las pequeñas actitudes orgullosas y, de apoco, hace que el carácter de la persona se transforme.
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