No creer en el amor es no creer en Dios, pues Dios es amor. Quien no cree en el amor, también puede definirse como ateo. Como la mayoría de los ateos dejó de creer por alguna decepción, quien deja de creer en el amor, normalmente es porque nunca lo conoció o fue muy decepcionado.
Sentimiento comprensible, pero no racional.
Si yo me decepciono con una tienda debido a la manera como fui tratado por uno de sus representantes, puedo decidir no volver nunca más. Sin embargo, eso no hará que la tienda ni aquella persona dejen de existir. Tampoco significa que toda la tienda no sirve, ni que todos los que trabajan en ella sean groseros. Solo significa que fui maltratado por un mal representante de la misma.
Consecuentemente, si yo excluyo aquella tienda de mi vida, y es la única que tiene el producto que necesito, ¿quién sale perdiendo en realidad?
No culpe al amor porque alguien lo representó mal. ¿Por qué permitiría usted que el recuerdo de aquella persona lo prive durante toda la vida de lo que usted necesita?
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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