Los niños aprenden principalmente a través de los ejemplos de comportamiento, gestos y actitudes de los padres, profesores, hermanos y otros familiares.
¿Cuándo ellos van a la iglesia y oyen la Palabra de Dios, por ejemplo, están prestando atención y entendiendo o solo imitando el comportamiento de los adultos?
Por eso es tan importante que aprendan las historias bíblicas desde temprana edad, con el objetivo de llevar la enseñanza cristiana de manera didáctica a los niños. Así ellas tendrán la oportunidad de interesarse y descubrir el valor de cada una de las historias de la Biblia, y conocer sus personajes, que serán grandes ejemplos de vida para ellos.
Contar historias bíblicas no solo fomenta el aprendizaje sino que estimula también la creatividad de los niños, y también los acerca cada vez más a Dios.
“Tener una referencia es importante y necesario para que el joven crezca y sobreviva en este mundo. Lo que él aprende será usado para vencer en todas las áreas de su vida”, comenta la escritora Ester Bezerra en un post publicado en la página de la Escuela Bíblica Infantojuvenil (EBI).
Pero, ¿de qué forma los padres pueden atraer la atención de los hijos pequeños? ¿Cómo contar la historia de Daniel y los leones, o de Jonás y la ballena, por ejemplo, y hacer a los niños entender que allí aprendemos sobre la obediencia a Dios y la protección Divina delante de los riesgos que corremos?
¿Cómo hacer?
Los padres deben leer o releer la historia bíblica primero para ellos mismos. Luego entender cuál es el mensaje transmitido allí, buscar el mismo texto en una Biblia infantil, especialmente ilustrada para niños. Llame la atención de sus hijos diciéndoles que en aquel libro encontrarán historias reales de aventura, amor, fe y coraje, y conocerán personajes y héroes que alcanzaron grandes milagros.
Determine un día de la semana para dedicarse a acompañar esa lectura al lado de su hijo. Si él aún no sabe leer, lea usted. Puede ser en la cama, antes de dormir, o después de la tarea de la escuela, por ejemplo. Lea con tranquilidad, mostrando ilustraciones y haciendo comentarios siempre que pueda. Lo ideal es que el niño fije la historia al punto de que él logre contarla de nuevo al final del “ejercicio”.
Para ayudar en la comprensión del texto, también es muy importante realizar actividades complementarias. Para eso, los padres pueden contar con la ayuda del Material de apoyo a disposición en el sitio de la EBI, donde hay ejercicios online y actividades como preguntas y respuestas, sopa de letras, rompecabezas, juego de la memoria y las 7 diferencias.
Otro camino para estimular el interés por las historias es ver, juntos, las películas y dibujos animados del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Padres, aprovechen el tiempo que tienen con sus hijos para incentivarlos a que sepan más sobre las historias bíblicas. Hagan eso acercándose a ellos, conversando y sugiriendo maneras edificantes para ocupar su tiempo, tales como la lectura en familia.
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