Analía Nuñez tenía miedo, depresión, insomnio y siempre estaba muy alterada porque escuchaba voces y percibía presencias extrañas, esto le causaba ataques de pánico. “En un momento intenté quitarme la vida con un cuchillo”, afirma al acordarse de la desesperación que sentía. No le encontraba una explicación a lo que estaba viviendo, pero necesitaba una solución, así que recurrió a la casa de los espíritus porque había encontrado trabajos de brujería en su casa y creía que podrían ayudarla a contrarrestar los efectos del mal.
Lejos de encontrar una solución, ella vivió un infierno, sufrió el abandono de su primer pareja y cuando volvió a formar una familia, su esposo la agredía verbalmente. Además, su salud se veía afectada por los dolores de estómago y de riñones.
“Recuerdo que me dolían los huesos y tenía un principio de anorexia. Cuando estaba esperando a mi hija los médicos me decían que no nacería viva. Fueron momentos muy duros y encima estaba desempleada, no sabía cómo iba a hacer para sustentar a la bebé”, cuenta.
Ella se dio la oportunidad de acercarse a la Universal y comenzar a buscar al Dios Vivo, al aprender a usar su fe fue libre de los tormentos espirituales y tuvo paz y seguridad. Perseveró en las reuniones y fue sanada, salió adelante económicamente y su matrimonio fue restaurado. Hoy ella sonríe porque sabe que tiene un Dios Todopoderoso que la respalda.
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