Una de cada tres adolescentes inglesas sufre de ansiedad o depresión. Este número proviene de un estudio realizado con aproximadamente 30 mil estudiantes, de entre 14 y 15 años de edad, por el Departamento de Educación de Inglaterra.
Según la encuesta, el número de jóvenes que sufre con estos problemas aumentó un 10% en la última década, alcanzando el 37% de las entrevistadas – entre los varones, el número disminuyó. Todas estas muchachas padecen tres o más síntomas, como incapacidad para concentrarse, tristeza sin razón aparente y sensación de inutilidad frente a alguna situación.
“Esto definitivamente demuestra que algo está pasando. Es un lento crecimiento de una epidemia”, relata Marjorie Wallace, directora ejecutiva del Hospital Sane especializado en enfermedades mentales.
El estudio también indica que la recesión económica en la que el mundo se encuentra y la presión de los padres y profesores para que a los jóvenes les vaya bien en los estudios, son dos de los principales responsables de la situación vivida por estas adolescentes.
Los síntomas
Además de los síntomas ya mencionados anteriormente (tristeza, falta de concentración y sensación de inutilidad), quien sufre con ansiedad o depresión presenta otros síntomas, que los padres deben evaluar cuidadosamente. Insomnio, falta de apetito, indigestión o tensión muscular son síntomas físicos que se presentan y que pueden percibirse con mayor facilidad.
Por otro, lado la excesiva preocupación por alguna situación futura, miedos irracionales y conductas compulsivas – cómo buscar la perfección inalcanzable o lavarse las manos varias veces seguidas- también pueden significar depresión o ansiedad.
Es necesario que los padres, al darse cuenta de la conducta inusual de sus hijos, conversen con ellos de manera franca y, si fuera necesario, busquen la ayuda de un profesional.
Lucha
“La ansiedad no vacía su mañana de tristezas, sino su hoy de fuerzas. Fuerzas que usted necesita para crear una solución y ejecutarla. La ansiedad le hace vivir el mismo problema mil veces antes de que él mismo suceda. Hace que le tema a algo que solo existe dentro de su imaginación”, explica el disertante Renato Cardoso, responsable de la Reunión de la Transformación Total de Padres e Hijos, en el Templo de Salomón.
Por lo tanto, es importante aprender a combatir ese problema. Y el primer paso para esto es entender que, independientemente de la situación que se esté enfrentando, existe Alguien con quien se puede contar.
“Lo contrario de la ansiedad es la tranquilidad, con buenas dosis de confianza y certeza de un resultado positivo”, explica Renato. “Resumiendo esto en pocas palabras: es la fe. Pero, ¿la fe en qué o en quién? En alguien que le garantice un resultado positivo. La conclusión es que Alguien superior al ser humano, con poderes infinitamente mayores, es Quien se encarga de todo eso”.
Renato Cardoso destaca que en momentos de crisis es necesario detenerse y elevar la mente a Dios, hablar con él, contarle los miedos y luego permanecer en silencio para poder oír Su respuesta.
[related_posts limit=”17″]