“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.”
(1 Juan 5:19)
Amigos, seamos honestos: ¿qué podemos esperar de un mundo que está bajo el maligno? El mundo está muerto, sepultado en sus delitos. Apartado de la Vida, que es Dios. De esta forma, siempre será contrario a los que son de Dios, pues los de Dios y el mundo son opuestos entre sí.
Hoy, lo incorrecto es correcto; y lo correcto es lo incorrecto. Cuando ven a los hijos de Dios andando en la justicia, los hijos del mundo se burlan. Las propuestas que vienen para los que son de Dios intentan sacarlos del Camino de la Justicia. Son propuestas de facilidad, propuestas de “hazlo a tu manera”, propuestas que vienen con el comentario “Ah, es solo una vez en la vida”, “Dios entiende”, “Todo el mundo lo hace”.
Las propuestas vendrán. Disfrazadas de buenas ideas, de excelentes negocios, de soluciones rápidas, de “única opción”, de “es así como son las cosas”. No tenga vergüenza de hacer lo que es correcto. No se avergüence de asumir su fe. No tenga miedo de ser visto como un bobo, un anticuado. Siga su fe. No quiera agradar a nadie más, solamente a Dios. Su conciencia limpia no tiene precio.
Seguir al Señor Jesús implica vivir a contramano de este mundo. No es en vano que la Palabra de Dios es bien enfática: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4)
No tenga vergüenza de hacer lo que es correcto.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo