La familia tiene una gran influencia en la formación de un individuo. ¿Qué puede suceder cuando ella es negativa? La vida de Jamisson Lima, de 26 años, (foto al lado) estuvo marcada por la ausencia de afecto de los padres. A pesar de que el joven vivía con ellos, él se sentía huérfano, ya que sus padres siempre estaban ocupados con otras personas o cosas, menos con él. Jamisson comenzó a alimentar un sentimiento de odio hacia ellos. “Matar a mis padres se convirtió en un desafío. La duda era saber cómo y cuándo”, relata.
En su adolescencia, vivía sin saber qué hacer con la vida. En ese período, hizo nuevas amistades. Algunos de esos amigos eran satanistas y el joven comenzó a sentirse atraído por la manera de vivir que tenían. “Ellos asumían que eran anticristo, se vestían con toda esa simbología, tenían estilos musicales propios, consumían drogas, se prostituían y, por supuesto, tenían mucha influencia sobre mí. Poco tiempo después hice un pacto de sangre con Satanás”, cuenta.
La ausencia de los padres hizo con que el vacío que el muchacho tenía, aumentara. Ese vacío en su vida lo llevó a hacer del diablo su “gran amigo”. Las ideologías en las que comenzó a creer lo llevaron muy lejos de Dios. El diablo se convirtió en su familia.
“Hacía de todo para llamar la atención de todos, mostrando ser una persona fuerte y el diablo se mostraba mi amigo fiel”, recuerda. Jamisson estaba arruinando su propia vida y lo que más le daba placer era hacerle mal a las personas. Él pasaba las madrugadas en los cementerios haciendo rituales satánicos, mientras que su interior estaba lleno de miedos y traumas. “El diablo me decía que era mi consuelo, pero no podía liberarme de las perturbaciones constantes y pesadillas infernales”, dice.
Un día, cuando estaba muy perturbado y comenzó a deambular por las calles sin destino, la esposa de un pastor lo paró y lo invitó a una reunión en la Universal. “Mientras que aquella mujer me hablaba de quien realmente era Dios, me di cuenta que el mayor injusto era yo, porque nunca le di a Él la oportunidad para que me probara que era un Amigo de verdad.”
Jamisson llegó a la reunión con mucha tristeza, deprimido y no creía que Dios podía cambiar su vida. Él decidió arriesgarse, porque no tenía nada que perder.
El joven comenzó a hacer la cadena en la Reunión de Liberación, incluso con dificultad para vencer el odio que sentía hacia sus padres. “Fue difícil, pero me entregué a aquella invitación y busqué la liberación. Parecía que no lo lograría pues vivía bajo la amenaza constante del diablo”, recuerda.
Hoy Jamisson es el orgullo de su familia. Él tiene placer en ayudar a otras personas y no mide esfuerzos para eso. Dios es su mejor Amigo.
¿Tiene problemas espirituales? Sepa cómo liberarse participando los viernes en la Reunión de Liberación en la Universal. Ingrese aquí y encuentre la Universal más cercana a usted para que pueda participar.
[related_posts limit=”17″]