El domingo 2 de octubre, la Universal de Argentina recibió la visita misionera del Obispo Macedo.
La reunión fue transmitida a todo el país, dio inicio a las 9.30 de la mañana, con la ministración de cura y bendición para las familias, realizada por el Obispo Djalma Bezerra.
En seguida el Obispo Macedo, oró pidiéndole a Dios que Él fuese glorificado a través de la vida de los presentes. Inmediatamente dirigió una palabra a aquellos que necesitaban una restauración en el alma, enseñando que solamente la Palabra de Dios restaura y que el Espíritu de Dios la satisface.
Para eso es necesario manifestar su sinceridad delante de Dios, a ejemplo de la Parábola del fariseo y el publicano, (Lucas 18.10) que muestra dos tipos de personas: el fariseo, religioso, que se cree justo delante de Dios, y el publicano, pecador, pero sincero por reconocer su necesidad de cambiar.
Habiendo aprendido cómo presentarse ante Dios y con la Santa Cena en manos, muchos firmaron un Pacto con Dios esa mañana.
“El Señor no me trajo aquí para darle a este pueblo solamente palabras de esperanza y de fe, sino para transferirles el Espíritu que el Señor me ha dado.”
Con esa determinación el Obispo Macedo ministró la liberación, la paz y el derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo.
Y finalizó la reunión dejando claro el secreto para alcanzar la gracia de Dios, que es la fe agresiva, que Le reclama a Dios lo que está escrito en Su Palabra.
Una mañana en la que se comprobó, una vez más, que la Palabra de Dios no vuelve vacía.
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