Como cualquier chico, José tenía sueños y proyectos, pero su vida terminó abruptamente. Él le había pedido a sus padres que lo cambiaran de escuela hacía un par de meses porque era víctima de bullying. El lunes 31 de octubre el chico faltó al colegio sin el consentimiento de sus padres, su mamá se enteró y lo reprendió. El martes, la mujer fue a hablar con las autoridades de la escuela y al regresar encontró a su hijo con un disparo en la cabeza.
Una realidad para miles de chicos es que es una tortura asistir a clases, en vez de hablar de su problema, callan intentando manejarlo, pero, tarde o temprano todo se sale de control.
Padres, hermanos y familiares y docentes deben estar atentos, porque no siempre las bromas o las amenazas se realizan en persona, el avance de la tecnología hace que a través de Facebook y WhatsApp, entre otras redes sociales, se atosigue a los adolescentes.
Cyberbullying
Según reveló el informe Global Kids Online de Unicef, destinado a estudiar los riesgos y oportunidades del uso de Internet en menores, en Argentina:
-El 33% de las respuestas son mensajes hirientes
-El 18% corresponde a la publicación de estados desagradables en redes sociales
-El 14% está compuesto por las amenazas por Internet
-Un 11% está conformado por la exclusión en grupos online
Estas experiencias negativas forman parte de lo que se conoce con el nombre de ciberbullying o acoso virtual, el cual se produce cuando un menor amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro mediante Internet, celulares, consolas de juegos u otras tecnologías.
Cómo combatir el problema
Básicamente a través de una buena comunicación, con los padres en primer lugar y luego con los docentes para que se resuelva el problema inmediatamente.
El detalle es que por lo general una víctima de bullying permanece en silencio, por eso es necesario que la familia esté atenta a los cambio de conducta, observando cómo se relaciona con su entorno, si tiene amigos, si trae su ropa o sus útiles rotos, también si ha sido agredido e intenta ocultarlo.
Algo que es necesario para enfrentar estos problemas es encontrar en Dios ese refugio que un adolescente en esta situación necesita. El obispo Macedo en su libro El pan Nuestro para 365 días dice: “Si Dios es su refugio, si Él es su fortaleza, no necesita temerle a los problemas, por mayores y peores que sean. Si Él es su refugio, su abrigo, usted está protegido.
‘Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza’, (Salmos 46:1-3)”.
Esta orientación se complementa con un consejo del obispo Renato en su conferencia para Padres e hijos: “Hable sobre lo que le pasa, no mantenga eso dentro de usted, porque eso va a crecer y crecer y terminará mal.
Para vencer al bullying es necesario alimentar la confianza en uno mismo, no dejar que los agresores dominen su mente para hacerlo sentirse intimidado, inferior o hasta ridículo. Si alguien lo está atacando físicamente, usted puede defenderse y a su vez llamar a un adulto. El mayor daño no es físico, sino psicológico, por eso no deje que el bullying entre en su mente”.
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