Los argentinos tuvieron la oportunidad de ver la reproducción del momento de la apertura del mar Rojo. La serie mostró su calidad desde el principio, pero tener la oportunidad de ver ficcionado, un momento que marcó la historia de la humanidad fue inolvidable.
El esperado capítulo mostró la fe de Moisés y el pueblo de Dios que no dudó, aunque pasó por difíciles momentos para ser libre de la esclavitud. La historia de los más de dos millones que salieron de Egipto con la certeza de una vida mejor es ejemplo, hasta cuando Moisés supo que era hebreo y dejó todas las comodidades para luchar por el propósito que Dios le había dado. El momento frente a la zarza en el Monte Sinaí fue clave, allí encontró la fuerza para ejecutar las instrucciones que el Dios de Israel le había dado. A partir de ese día su vida se volvió sumamente difícil, ya que tuvo que lidiar con su inseguridad y con la adaptación a una vida nueva.
Su vuelta a Egipto significó enfrentar al hombre más poderoso de la época con el que además se había criado. Exigirle al Faraón de Egipto que dejara ir al pueblo significó poner su vida y la de su familia en peligro para mostrar su fe en Dios.
La serie mostró todo lo que tuvieron que pasar Moisés y el pueblo de Israel para probar su fe en Dios y para dejar de ser esclavos, inspirando a la audiencia con una historia de fe y sacrificio.
Use su cayado
El obispo Edir Macedo durante una reunión en, San Pablo habló de lo importante que es no tener una fe religiosa y obedecer la voz de Dios, para alcanzar las bendiciones que Él prometió en Su palabra:
“Cuando pido que aquellos que creen en Dios levanten sus manos, muchos asocian la creencia al sentimiento. No podemos, de ninguna manera, manifestar una fe religiosa. El resultado de esa creencia no siempre es el esperado, es ahí es que está el error.
La creencia descripta en la Biblia envuelve mucho más que la fe religiosa. Es algo personal, no es algo colectivo, pues la fe implica obediencia, no es una simple confesión.
Durante el Éxodo, los israelitas estaban atrapados entre el mar Rojo y los egipcios. Moisés, estaba cercado por los soldados del Faraón, sin saber qué hacer. Fue entonces que Él, pidió la dirección de Dios y Él le dijo: ‘Usa tu cayado.’
Para que ocurriera el milagro, esa orden tenía que ser obedecida. Dios da una instrucción, pero no es Él quien ejecuta la acción, es usted. No fue Dios quien abrió el mar Rojo, fue Moisés. Él por su fe en Dios, siguió la orden. Después de eso, el viento giró y el mar Rojo se abrió para que los israelitas pasaran”.
Aquel que aprenda lo que Dios tiene para enseñar y lo obedezca, no necesitará de nadie más. Así como Moisés. usted va a poder usar su cayado para abrir puertas, para abrir su mar Rojo, pues Jesús dijo en Apocalipsis 2:10, ‘… Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida’.
La Biblia enseña una fe que implica obediencia y mantener la obediencia todo el tiempo, no solo en ciertos momentos. Es necesario manifestar la fe cristiana 24 horas al día, 365 días al año, durante toda la vida. Es el mecanismo de la fe”, concluyó.
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