Una realidad difícil para muchos matrimonios es el dolor de ver que una relación de años se va deteriorando y ellos se sienten impotentes para revertir esa situación. A veces una infidelidad destruye un matrimonio, otras veces la violencia que se intaló en la pareja es el causante, en algunas ocasiones el motivo es una adicción. En el caso de Élida y Rubén, la bebida y las discusiones eran los detonantes de una gran crisis matrimonial.
Ellos planearon un futuro juntos, pero en el camino fueron apareciendo diferentes obstáculos que les impedían ser tan felices como siempre habían soñado. Ellos se amaban, pero no lograban estar juntos a pesar de los esfuerzos que hacían para salvar su matrimonio. Todo estaba tan mal que pensaron en divorciarse.
Élida nos cuenta cómo era esa situación: “Estábamos a punto de separarnos, porque él tomaba y fumaba mucho”. Los vicios se estaban interponiendo entre ellos y perjudicaban a la familia que habían armado. Pero ese no era el único problema que hacía que no se llevaran bien, el carácter de él hacía que la convivencia se volviera insostenible.
“Él se volvió insoportable, no podíamos estar juntos”, asegura Élida al recordar cómo vivían en ese tiempo.
Cuando el matrimonio estaba a punto de terminarse, tocaron fondo y decidieron buscar ayuda. Encontraron la respuesta en la Universal, cada reunión en la que participaban renovaba sus fuerzas y les daba esperanza de que podían recuperar lo que habían perdido.
El tiempo fue pasando y no fue fácil, pero encontraron lo que tanto necesitaban. Ellos lograron, a través de la fe, superar sus problemas y liberarse de todo. Rubén pudo dejar los vicios, su carácter cambió y logró recomponer su relación con su esposa y su familia.
“Nos casamos en la Universal, fue una gran ayuda y una renovación para nuestro matrimonio, si están pasando por lo mismo que nosotros acérquense a la Universal porque Dios puede cambiar sus vidas, a través de la fe. Nuestra vida cambió completamente gracias a Dios”.
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