Acostado en su cuna, un bebé recién nacido comienza a temblar y a retorcerse. Sus brazos y piernas están rígidos y tensos. Su llanto es estridente, una verdadera señal de desesperación. Recibir alimento o que lo alcen no lo calma. Este niño no tiene frío o hambre. Él está teniendo una crisis de abstinencia.
Este fenómeno, que es conocido como el síndrome de abstinencia neonatal, es observado en niños con madres adictas a las drogas durante el embarazo. Y este no es solo un problema en los países pobres, en desarrollo. Naciones consideradas de primer mundo también viven el mismo dilema. En Inglaterra, por ejemplo, 1.087 bebés nacidos entre el 2014 y el 2015 fueron afectados por la adicción de sus madres. En Escocia, fueron 987 bebés entre el 2012 y el 2015, mientras que en el país de Gales fueron 75 casos, entre drogas y bebidas alcohólicas, entre el 2015 y el 2016.
Lamentablemente, los niños en esta situación deben pasar por el proceso de rehabilitación y, muchas veces, tomar medicamentos.
La adicción a las drogas es capaz de destruir al ser humano. Pero todos tienen el derecho a una segunda oportunidad para recomenzar, a través de la fe. Solamente en el nombre del Señor Jesús es posible liberarse de la esclavitud de los vicios.
Por eso, semanalmente se realiza, en la Universal, la reunión del Tratamiento definitivo para de los Vicios, todos los domingos a las 15h, en Av. Corrientes 4070 de Almagro o en una de las Sedes, para todos los que quieren ser libres de cualquier adicción.
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