De nada sirve poner mala cara porque las cosas no salieron de la manera en que queremos. Si el informe no quedó como quiere, si los hijos arreglaron la casa de una manera distinta a la que acostumbra o si su esposo no le dio la respuesta que esperaba, sucede el desastre.
No hablamos de ser perfeccionistas o de buscar la excelencia, sino de querer que todo sea hecho a su manera. Si su comportamiento es así de infantil es necesario que se autoevalúe para ver qué es lo que está mal. La psicóloga Cleunice Santos Guedes, aclara: “Cuando el comportamiento rígido surge de forma esporádica, puede ser considerado algo natural. Pero cuando la rigidez aparece con mucha frecuencia, indica un problema de comportamiento. Esa actitud puede perjudicar la forma en que esa persona entabla sus relaciones”.
Egoísta ¿Yo?
Cleunice señala que tanto hombres como mujeres con ese comportamiento “presentan dificultades para ponerse en el lugar del otro, de ejercer empatía y de aceptar un punto de vista diferente al propio.”, y que, generalmente, “Son personas egocéntricas y tiene una baja tolerancia para lidiar con las frustraciones”.
En cuanto a eso, la columnista Nubia Siqueira señala que detrás de un comportamiento autoritario y exigente puede haber una persona insegura. “Ser vuelve cómodo encontrar excusas para no enfrentar las propias debilidades. Lamentablemente las personas no los ven como defectos, sino que los presentan como cualidades. Hay personas que se dicen detallistas, pero quien convive con ellas sabe que en realidad es una perfeccionista neurótica y que vivir con ella es insoportable. Otras se dicen perseverantes y dicen nunca desistir de nada, pero, en realidad, no quieren admitir que son miedosas y que insisten en causas equivocadas”.
Convivencia complicada
Bajar la cabeza suele ser la decisión tomada por aquellos que conviven con personas de opinión inflexible, porque buscar argumentos para convencerla puede ser estresante. Cleunice comenta que la postura invariable “puede provocar que las personas se aparten porque sienten que su opinión nunca será aceptada. Los comportamientos inadecuados tienen consecuencias porque las persona que los presenta pierde grandes oportunidades de aprendizaje, crecimiento personal”.
Dar para cambiar el juego
Cualquier persona que no esté satisfecha consigo misma puede cambiar su manera de actuar. Como dice Cleunice: “El primer paso es reconocer que necesita ese cambio. El segundo es tomar la iniciativa de cambiar. Un buen ejercicio es ponerse en el lugar del otro, para poder entender su punto de vista antes de cerrar las posibilidades a otras conclusiones que no sean las propias”. Para los que conviven con personas que se comportan de esa manera pueden ayudarlos a tener empatía, como dice Cleunice: “Deben tener cuidado para que las palabras no tengan tono de acusación para que no tengan la sensación de que están siendo juzgados”.
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