Romina: «Yo era una joven con problemas de depresión, trastornos alimenticios, tristeza, angustia, vivía con miedo y padecía insomnio. Además, había estado bajo tratamiento psiquiátrico.
En mi familia había muchas peleas y problemas económicos a causa del alcohol que consumía mi papá. En mi adolescencia comencé a beber y a fumar cigarrillos porque crecí en ese ambiente y para mí era algo normal. En ese entonces, tenía conflictos en el colegio y era agresiva. Con el fin de escaparme de los problemas, me refugiaba en los vicios porque me hacían sentir bien.
Me involucré con jóvenes que eran más grandes que yo, iba a boliches y bailes. En una de esas salidas nocturnas conocí a quien hoy es mi esposo, pero la relación no era buena porque yo era muy agresiva, desconfiada, posesiva, de carácter muy fuerte y no me gustaba que me dijeran lo que tenía que hacer. La relación era insostenible, había muchas mentiras y agresiones de mi parte.
Llegué a involucrarme con gente que practicaba espiritismo y eso hizo que mi situación empeorara. Empecé a ver sombras y tenía ataques de pánico.
Un día, después de tanto sufrimiento, decidí irme de mi casa, dejar a mi familia, a mis amistades, mi trabajo y los estudios. Pero todo empeoró porque terminé en la miseria, sin empleo y los vicios continuaban. El dinero que llegaba a mis manos, lo gastaba en el alcohol. Para ese entonces, ya había tenido dos intentos de suicidio.
Hasta que un día recibí, de parte de mi papá, una invitación para concurrir a la Iglesia Universal. Entonces, tomé la decisión de ir a la reunión porque no encontraba la solución en ninguna parte. Allí comenzó mi transformación. Dios cambió mi vida espiritual, amorosa y económica.
Fui liberada de los vicios, de los trastornos en la alimentación, del miedo, los traumas, los ataques de pánico, el nerviosismo, las agresiones y la miseria.
Cuando estuve bien, me sentí en condiciones de iniciar una relación. Entonces, me acerqué nuevamente a mi pareja, a quien había abandonado. Nos volvimos a unir y actualmente es mi esposo. Formamos nuestra familia, tenemos un matrimonio bendecido, transformado, soy una mujer que ama, que quiere y que cuida, gracias a Dios».
Ella asiste a la Iglesia Universal ubicada en Boulevard. Buenos Aires 457, Monte Grande.
La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio, como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.
Participá este viernes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a vos.
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