Conocer la Biblia es muy importante para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Éxodo 17
1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento del Señor, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.
2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis al Señor?
3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?
4 Entonces clamó Moisés al Señor, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
5 Y el Señor dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.
6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al Señor, diciendo: ¿Está, pues, el Señor entre nosotros, o no?
8 Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.
9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.
11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
14 Y el Señor dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre el Señor es mi bandera;
16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono del Señor, el Señor tendrá guerra con Amalec de generación en generación.
Lucas 21
1 Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
2 Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas.
3 Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
4 Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo:
6 En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?
8 Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;
11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.
12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.
13 Y esto os será ocasión para dar testimonio.
14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa;
15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.
16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros;
17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.
22 Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23 Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.
24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
32 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos.
38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.
Job 36
1 Añadió Eliú y dijo:
2 Espérame un poco, y te enseñaré; porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
3 Tomaré mi saber desde lejos, y atribuiré justicia a mi Hacedor.
4 Porque de cierto no son mentira mis palabras; contigo está el que es íntegro en sus conceptos.
5 He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie; es poderoso en fuerza de sabiduría.
6 No otorgará vida al impío, pero a los afligidos dará su derecho.
7 No apartará de los justos sus ojos; antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre, y serán exaltados.
8 Y si estuvieren prendidos en grillos, y aprisionados en las cuerdas de aflicción,
9 El les dará a conocer la obra de ellos, y que prevalecieron sus rebeliones.
10 Despierta además el oído de ellos para la corrección, y les dice que se conviertan de la iniquidad.
11 Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bienestar, y sus años en dicha.
12 Pero si no oyeren, serán pasados a espada, y perecerán sin sabiduría.
13 Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, y no clamarán cuando él los atare.
14 Fallecerá el alma de ellos en su juventud, y su vida entre los sodomitas.
15 Al pobre librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído.
16 Asimismo te apartará de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro, y te preparará mesa llena de grosura.
17 Mas tú has llenado el juicio del impío, en vez de sustentar el juicio y la justicia.
18 Por lo cual teme, no sea que en su ira te quite con golpe, el cual no puedas apartar de ti con gran rescate.
19 ¿Hará él estima de tus riquezas, del oro, o de todas las fuerzas del poder?
20 No anheles la noche, en que los pueblos desaparecen de su lugar.
21 Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción.
22 He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a él?
23 ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho mal?
24 Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres.
25 Los hombres todos la ven; la mira el hombre de lejos.
26 He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos, ni se puede seguir la huella de sus años.
27 El atrae las gotas de las aguas, al transformarse el vapor en lluvia,
28 La cual destilan las nubes, goteando en abundancia sobre los hombres.
29 ¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes, y el sonido estrepitoso de su morada?
30 He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar.
31 Bien que por esos medios castiga a los pueblos, a la multitud él da sustento.
32 Con las nubes encubre la luz, y le manda no brillar, interponiendo aquéllas.
33 El trueno declara su indignación, y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.
Acompañe la lectura del 65° día ingresando aquí.
[related_post themes=”flat”]
[related-content]