María Estela: “Estuve muchos años enferma y la medicina no encontraba una solución eficaz, unos diez años estuve postrada en una cama, el comienzo de la enfermedad fue por mi columna, pero, por los remedios que tomaba y por las operaciones que me tuvieron que realizar, mi organismo desarrolló cáncer en los intestinos. Sufrí muchísimo hasta que vine a la reunión de los Casos Imposibles. Vi el poder de Dios y comencé a luchar por mi salud sábado tras sábado.
Los médicos me habían marcado tres operaciones para seguir luchando por mi vida porque tenía deposiciones con sangre, realmente estaba muy mal, pero al usar mi fe en la reunión de los Casos Imposibles mi perseverancia me trajo la respuesta. A dos días de la operación me hicieron el último estudio y el médico me dijo que le diera gracias a mi Dios porque no tenía más el cáncer.
El cáncer había desaparecido. Entonces, me presenté el lunes y le dije a otro de los médicos que no me iba a operar, él insistía en que debían realizarme la cirugía de intestino por el cáncer, yo le dije que no basándome en el último resultado de los estudios, creí en el Dios de lo Imposible que ya me había sanado y no fue necesaria la operación.
Después, lo único que me había quedado era una retención residual que también es muy fea, porque cada cuatro horas debía colocarme una sonda para poder orinar, porque quedaba el residuo en mi cuerpo y me generaba infección. Como yo seguía perseverando en la reunión de los Casos Imposibles, también de eso fui libre.
Hoy estoy muy bien, libre, sana y contenta. Dios me curó del cáncer y ahora disfruto de esta nueva vida”.
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