«Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Venid, benditos de Mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y Me disteis de comer; tuve sed, y Me disteis de beber; fui forastero, y Me recibisteis; Estaba desnudo, y Me vestisteis; enfermo, y Me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a Mí”. Entonces los justos Le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento, y Te dimos de comer, o sediento, y Te dimos de beber? ¿Y cuándo Te vimos como forastero, y Te recibimos, o desnudo, y Te vestimos? ¿Y cuándo Te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a Ti?”. Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicisteis.» Mateo 25:34-40
La fe inteligente suma oración con acción
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