El ser humano es imperfecto y pecador por naturaleza. Aunque sea un hombre o una mujer de Dios, y lleno del Espíritu Santo, no está libre de equivocarse cuando piensa, habla o actúa.
La Palabra de Dios afirma que no sabemos ni siquiera orar de manera correcta: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8.26
Pero gracias a la acción del Espíritu Santo somos limpios y tenemos la oportunidad de aprender con nuestras fallas. Así, vencemos nuestras debilidades y conquistamos fuerza para seguir en el camino de la fe. Si Dios usa nuestras fallas para enseñarnos, el diablo las usa para intentar y hacernos caer. “Tanto Dios como el diablo trabajan con nuestras debilidades. El diablo para destruirnos a través de ellas, Dios para fortalecernos. Por eso está escrito que el Poder de Dios se perfecciona en la debilidad. Y quien tiene autoridad para darle libertad a uno o al otro es el propio individuo”, orienta el obispo Macedo en su blog.
¿Usted ha sido vencido por sus debilidades? Participe en las reuniones de miércoles en la Universal y fortalézcase para vencer los obstáculos que surgieron en su vida. Ingrese aquí y busque la iglesia más cercana a su hogar.
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