Anahí superó todo lo que bloqueaba su mente y logró tener la vida que tanto anhelaba. La clave fue su perseverancia en las reuniones de la Universal.
“Mis problemas empezaron cuando tenía 10 años porque sufrí un abuso sexual. Me deprimí y crecí siendo rebelde. Empecé a salir y a tomar para sacarme la tristeza. A los 18 años me fui a vivir sola, buscaba compañía, pero eran relaciones que terminaban la misma noche que empezaban, hasta que conocí a mi esposo y me enamoré.
Si bien él tenía dos trabajos, la plata nunca alcanzaba y vivíamos de prestado. Seguíamos saliendo como si fuéramos solteros, aunque ya teníamos tres hijos. Cada uno vivía por su lado, teníamos una relación abierta.
Con el paso del tiempo empezaron las agresiones verbales y físicas. Yo no soportaba estar en mi casa, estaba deprimida, no limpiaba, no hacía la comida, no me importaba nada. Viví 15 años así hasta que un día me fui.
Soy abogada, pero no ejercía. Como no tenía trabajo, busqué ayuda en la casa de los espíritus. No comía, no dormía, tenía trastornos de ansiedad, anorexia y una relación con un hombre casado que se había vuelto una obsesión. Estuve cinco años así, con la mente bloqueada”, cuenta.
Ella vio la programación de la Universal y después de un tiempo se animó a ir a las reuniones. Luego de participar notó que había un cambio en ella. “Ese día salí distinta, a las dos semanas dejé de fumar, tenía una deuda en la tarjeta de crédito y pude saldarla, además, conseguí un trabajo mejor. Salí de la depresión, mi interior fue transformado, me casé, me recibí de profesora y quiero ser jueza. Todo cambió en mi vida”.
[related-content]