La norteamericana Kesha (fotos) es una de las cantantes más influyentes actualmente de la música pop. Desde su álbum debut, en 2010, recibió decenas de premios, de los más importantes críticos de la música, reunió millones de fans y hasta participó como actriz en programas de televisión.
La popstar, de 30 años, revela que, por mucho tiempo, estuvo en un estado de depresión del que la fama no la podía liberar.
“Intentar cambiar tu vida basándote en opiniones de otras personas puede volverte loco”, declaró Kesha al sitio estadounidense Teen Vogue. De acuerdo con la cantante, ella les dio demasiada atención a las críticas sobre su cuerpo, lo que la llevó también a tener un mal comportamiento alimentario. Por querer tener la belleza que otras personas le exigían en internet, Kesha desarrolló un gran trastorno alimenticio.
“Esto se convirtió en un ciclo vicioso: cuando me comparaba con los demás, leía más comentarios maliciosos que solo alimentaban mi ansiedad y mi depresión. Las fotos que me sacaban los paparazzi y los comentarios en ellas, alimentaron mi desorden alimenticio.”
Sociedad ciega
Kesha es muy observada por ser famosa, pero la presión que la sociedad realiza en relación a los estándares de belleza no solo la alcanza a ella, sino también a muchas otras mujeres anónimas.
Según afirma la escritora, Cristiane Cardoso, “nuestra sociedad no quiere dejarnos ver nuestra verdadera belleza, al contrario, ella quiere imponer, dictar y obligar a la mujer (y al hombre también) a limitarse a un tipo de belleza con un formato que solo se ve con los ojos, y precisa tener un cierto nombre y estar a la moda. Cuando alguien no vive esa belleza, es humillada, descartada y etiquetada como ridícula”.
Y las redes sociales tienen un gran papel en esa presión ejercida por personas malvadas, que no se preocupan por la salud de las mujeres, sino por su apariencia. Como sucedió con Kesha, muchas mujeres reciben en sus fotos comentarios agresivos.
“Esa es una de las razones por las cuales cambié mi relación con las redes sociales”, afirma Kesha. “Amo las redes sociales porque es la manera de comunicarme con mis fans – y nada es más importante para mí que mis fans -, pero mucho de eso puede exacerbar mi ansiedad y mi depresión”.
La cantante afirma que, cuando les daba más atención a los comentarios online, se creía menos capaz de ser amada. Hoy, no utiliza con tanta intensidad las redes sociales, aprendió a aceptar su cuerpo y es feliz así. Y les recomienda a las mujeres que sigan el mismo camino:
“Quiero transmitir un mensaje a cualquier persona que esté luchando contra un trastorno alimenticio, depresión, ansiedad o cualquier otra cosa: si tienes cicatrices físicas o emocionales, no te avergüences de ellas, porque ellas forman parte de ti. Recuerda que la belleza viene en todas las formas y tamaños. Y nadie te puede sacar lo que te hace especial”.
Si usted está sufriendo con alguno de estos problemas, conozca el Grupo Godllywood, que ayuda a las mujeres de todas las edades a lidiar con esas situaciones, ayudándolas a descubrir su verdadera belleza.
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