Rosa mostró que la fe puede lograr lo imposible. Para ella la muerte era inminente, además su vida estaba hecha un desastre y su salud se deterioraba día tras día. En la cama de un hospital transcurría su tiempo, tratando de sobrevivir. Los retrovirales eran su única compañía hasta que descubrió que su vida podría ser distinta: “Viniendo a los casos imposibles fui sanada de HIV y de neumonía. Estuve enferma durante 18 años, todo ese tiempo estuve tomando pastillas y haciendo tratamientos. Estuve mal, internada un montón de veces. Ya no comía por mi cuenta estuve con sondas, estuve muy delgada por el HIV.
Estos papeles que están acá son los resultados del año 1998, son de cuando me detectaron HIV. También están los de hace un año y medio que me volví a hacer y me dio ‘no detectable’ la carga viral. Yo perseveré siempre haciendo las cadenas y el virus desapareció. Para la ciencia el HIV no tiene cura, pero Jesús dijo que todo es posible”.
Participe de la reunión de los Casos Imposibles. Sábado a las 7, 9, 15 y 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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