Él despreció al Dios de Abraham
“Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.” Génesis 27:28-29
Jacob no hubiera necesitado engañar a su padre para tener la bendición de Esaú. Lo que recibió con la mentira no era lo que Dios quería para él.
Muchos mienten, se disfrazan para obtener algo tan pequeño, y con el fruto del engaño terminan solos.
Lo que Dios tenía para Jacob estaba guardado, ni el llanto de Esaú hubiera podido impedirlo.
“Esaú dijo a su padre: —¿No tienes más que UNA SOLA BENDICIÓN, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró. Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: —He aquí, será favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el rocío del cielo arriba. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá que cuando adquieras dominio, romperás su yugo sobre tu cuello.” Génesis 27:38-40
¿Acaso Isaac no tenía nada más que dar?
¡Tenía! ¡Y mucho!
Pero no a Esaú, Él había despreciado al Dios de Abraham.
Entonces, ¿cómo recibiría la bendición de Abraham?
Jacob, incluso lleno de errores, siempre reconoció la grandeza del Dios de Abraham.
Y cuando tuvo la oportunidad de hacer lo que era correcto y corregir su error, obedeció a su padre Isaac sin cuestionar.
“Entonces Isaac llamó a Jacob, LO BENDIJO y le mandó diciendo: —No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique hasta que llegues a ser multitud de pueblos. Que Él te dé la BENDICIÓN DE ABRAHAM, lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual Dios ha dado a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram …” Génesis 28:1-5
Esa siempre fue la voluntad de DIOS para Jacob.
“Dios Se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de Padan-aram, y lo bendijo. Le dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero no se llamará más tu nombre Jacob. Tu nombre será Israel”. Y llamó su nombre Israel. También le dijo Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré la tierra.” Génesis 35:9-12
Lo que DIOS tenía reservado para Jacob era la misma BENDICIÓN de Abraham e Isaac.
Lo que Esaú nunca podría poseer porque haber despreciado al Dios de Abraham.
Como está escrito:
“A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.” Romanos 9:13