Durante la infancia, Paola sintió la carencia afectiva de sus padres. Eso le provocó mucha soledad. Se encerraba en su habitación y no se relacionaba con sus seres queridos. “Tenía rencor hacia mi mamá”, comenta.
Para olvidarse de los problemas, salía con sus amigas y bebía mucho. Sin embargo, no lograba ser feliz y, constantemente, tenía pensamientos de suicido.
Paola fue invitada a la Universal y, con el paso del tiempo, notó un cambio. Comenzó a progresar, pero, aun así, todavía necesitaba un cambio interior. Cuando llegó el Ayuno de Daniel, tomó la decisión de dejar su antigua vida a través del bautismo en las aguas. Más adelante, tras recibir el Espíritu Santo, se transformó en una persona diferente. Hoy ya no siente rencor, tiene paz y felicidad.
Vea el testimonio completo:
Para saber cómo participar del Ayuno de Daniel, ingrese aquí. Acérquese al Templo de la Fe, ubicado en Av. Corrientes 4070, Almagro; o a la Universal más cercana a su domicilio.