Era la mañana del día sábado 9 de Julio de 1977, y algunas personas que vivían en el barrio de Abolição, en la zona norte de la ciudad de Río de Janeiro, presenciaban un movimiento diferente, pues aquella era la fecha marcada para un nacimiento planificado y especial: el primer templo de la Iglesia Universal.
Después de despertar, el obispo Edir Macedo (líder y fundador de la Universal, en esa época pastor), se puso su mejor traje y, se dirigió hasta la antigua avenida Suburbana, al 7.248. Estaba eufórico y al mismo tiempo feliz, ya que, Dios había atendido sus súplicas.
El antiguo galpón de una funeraria fue el lugar elegido para recibir a aproximadamente 225 personas en la reunión inaugural. Después de la inauguración, la iglesia recibía más de 400 personas durante las reuniones diarias.
En el volumen 1 de la autobiografía “Nada que Perder”, el obispo Edir Macedo cuenta detalles de los días anteriores al nacimiento de la primera Universal. Lea a continuación:
“Días antes, habíamos pasado las madrugadas cuidando cada detalle para el funcionamiento del inmueble. Pintamos las paredes, rasqueteamos el piso, arreglamos los baños, hicimos una limpieza general. Los carpinteros contratados al costo de mano de obra terminaban los últimos ajustes del altar y del púlpito. Los bancos de madera, comprados a plazo, estaban ya ubicados para recibir al nuevo público.”
Señora Geninha
Este sueño se hizo realidad porque la señora Eugênia, conocida como señora Geninha, madre del obispo Macedo, lo ayudó a alquilar el espacio de la antigua funeraria, poniendo como garantía su único departamento, que estaba en el barrio de Fátima:
“Ella firmó y seguimos adelante. El 9 de julio de 1977 fue realizado el primer culto en la Iglesia de la Bendición, que dos años más tarde cambiaría definitivamente de nombre a Iglesia Universal del Reino de Dios. A pesar de la diferencia de placa, se instituyó oficialmente ese día como la fecha del nacimiento de la Universal.” – trecho extraído del libro “El Obispo – La historia revelada de Edir Macedo”.
La primera de muchas
Después de 3 años de la inauguración de la primera Universal, otras iglesias comenzaron a abrirse, en Río de Janeiro, San Pablo y en todo Brasil, y después, por el mundo. Hoy, son miles de templos, en los que hombres de fe y coraje, así como el obispo Macedo, llevan el Evangelio a todos los que se encuentran sufriendo y necesitan encontrar la solución para sus problemas.
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