¿Cuándo comenzó su caminata con el Señor Jesús? ¿Usted recuerda el día en el que tuvo un encuentro con Él? ¿Cómo era su vida antes de que eso suceda? ¿Cuánto cambió su vida desde que usted comenzó a seguirlo?
Diariamente, en la Universal, recibimos noticias de personas que fueron curadas de enfermedades, liberadas de la depresión o de los vicios, tuvieron sus vidas transformadas, crecieron profesionalmente, fueron realizadas en la vida amorosa y, además de todo, fueron bautizadas en el Espíritu Santo, que es la más grande bendición que alguien puede recibir de parte de Dios.
Tal vez, su historia esté incluida en esta lista. Tal vez, usted también tenga un testimonio para contar acerca de lo que el Señor Jesús hizo en su vida. Y, con seguridad, cuando recuerda lo que sucedió, enseguida, nace un deseo de gratitud con el Altísimo, ¿no es así?
¿Acaso es posible retribuir lo que Dios hizo?
¿Cómo agasajar a Aquel que es el Rey sobre todas las cosas? ¿Cómo agradecerle a Aquel que cuyo Cielo es Su trono y la Tierra es el estrado de Sus pies (Isaías 66:1)?
Pero sepa que hay una manera de retribuir lo que Él hizo en su vida. En la Biblia, encontramos un Salmo de amor y gratitud a Dios: “¿Qué pagaré al Señor por todos Sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la Salvación, e invocaré el nombre del Señor.” Salmos 116:12-13
Delante de tanta benignidad y fidelidad del Todopoderoso, el salmista indaga de qué manera logrará demostrar la gratitud suficiente. Los beneficios que recibimos de Dios son abundantes, y encontramos en las Escrituras lo que Él desea de nosotros: que tomemos la copa de la Salvación. Es decir, que Le entreguemos nuestra vida y Lo obedezcamos; que invoquemos Su nombre, con el firme compromiso de buscar Su presencia; y que cumplamos nuestros votos, vivamos la fe y le demos genuino testimonio a todos a nuestro alrededor”, escribe el obispo Edir Macedo en sus comentarios de fe, acerca de este pasaje especial.
La persona que es salva quiere salvar
Quien recibió tamaña gracia, tiene el deseo de compartirla con los familiares, amigos, conocidos e incluso desconocidos. Quiere demostrarles a los abatidos de espíritu y a los quebrantados de corazón, por ejemplo, que hay una salida para el vacío en el que viven.
Por lo tanto, si usted desea agasajar a Dios, en gratitud por todo lo que Él hizo por usted, y promover una fiesta en el Cielo, gane almas para Su Reino. Pues, el propio Señor Jesús afirmó: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente…” Lucas 15:7
Una gran celebración espiritual
Por este motivo, en todas las Universal, el 13 de octubre, todos los participantes del encuentro especial serán invitados a beber de la copa, mencionada por el salmista. Será una celebración espiritual. Invite a todas las personas que usted conoce a esta gran fiesta.
Usted podrá asistir en el Templo de la Fe, a las 7 h, 9:30 h, o 18 h– o en la Universal más cercana a usted (vea las direcciones aquí).