Alicia Mercado: “Viví años de traumas. Al divorciarme, me quedé sola en casa. Por otro lado, entre mi hija y yo había mucho odio por cosas que pasaron, no nos hablábamos, ella no me podía ni ver. Escuchaba música y lloraba, hablaba de mi pasado y también lo hacía. La depresión se acentuó con el miedo a estar sola. Para evadir lo que pasaba, apenas llegaba a casa, me bañaba e iba a lo de una amiga. Volvía a las 2 o 3 de la mañana, para volver a llorar. Sufría problemas espirituales, no podía dormir, escuchaba voces, percibía que caminaban sobre el techo y que martillaban. Era como si alguien estuviera golpeando una chapa. Estaba enferma, tenía artrosis en la columna. Para ir a trabajar necesitaba llamar a urgencias porque, ya que los dolores no me dejaban levantarme. Mi hija mi invitaba a la Universal, aunque yo decía que nunca la iba a pisar. Finalmente, Dios usó a otra persona y llegué. Me lloré la vida cuando entré, hoy sé que eso ayudó a mi liberación. Con el tiempo, Dios hizo un enorme cambio en mí. Me curé de la artrosis que sufría, también de la rodilla porque me querían operar. Tengo buena relación con mi familia, incluso con mi exmarido. Dios es el primero, gracias a Él superé muchas situaciones; una de esas fue la muerte de mi hijo hace tres años. El Señor Jesús curó mi interior. Soy feliz porque recibí el Espíritu Santo. Sin Él no sé dónde estaría”.
Quizás, muchas veces pensó que la depresión y usted son uno. No se resigne a que sea su compañera de vida, necesita alejarse porque, en realidad, es su enemiga. La depresión usa sus emociones, pensamientos y recuerdos para atacarlo.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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