Gonzalo: “Yo consumía todo tipo de drogas. Tenía 14 años cuando empecé. Primero probé cigarrillos por curiosidad, con el tiempo marihuana. Me volví un chico problemático. A veces pasaba alguien y le metía una, solo porque quería hacerlo. Disfrutaba pelearme con todos, era desobediente. Pero después me encerraba a pensar qué me motivaba a dañar así a mi familia. A veces llegaba la noche y lloraba, preguntándome por qué estaba pasando por eso. Pasó el tiempo y perdí mi libertad, eso me dolió mucho, estuve preso un año. Yo ya conocía el Tratamiento, pero no obedecía. Estaba drogado todo el día, pero el vacío seguía ahí. Casi pierdo la vida cuatro veces por sobredosis. Yo no sabía qué hacía, consumía alrededor de 30 pastillas por día. Me levantaba y tomaba casi cinco con el mate, así salía a la calle. Mi estómago no daba más, y una vez caí en un hospital. Si no me hubieran llevado, estaría muerto, porque escupía pastillas con sangre. Volví al Tratamiento para la Cura de los Vicios. Sin embargo, tuve una pelea a la salida de un boliche, me rompí la pierna, tengo el tobillo lleno de clavos. Iba a terminar preso o muerto. Mi mamá siempre luchó por mí y cuando me recuperé decidí hacer las cosas bien. Me costó, pero puse fuerza y dejé todo en cinco meses. Lo primero que abandoné fue la marihuana. Cambié mi forma de ser. Ahora, estoy contento, ya no sé lo que es llorar. Con mi historia, ayudo a otros chicos con adicciones. En el barrio les cuesta creer mi transformación. Yo era un caso perdido, por eso, luchen porque los vicios se pueden dejar”.
Participe usted también de la reunión del Tratamiento definitivo para la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro, o haga clic aquí y vea a donde se lleva a cabo el tratamiento.
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