Algunos hombres tienen la dificultad de entenderse con su esposa. Incluso, hay maridos que prefieren encontrarse con sus amigos después del trabajo, antes que tener que regresar a su casa y encontrarse con su mujer para tener una charla. Y si se trata de una discusión importante, menos aún. En este caso, huirán o permanecerán callados mientras escuchan a su esposa hacer su monólogo. Situaciones como estas pueden parecer cómicas, pero son más serias de lo que se imagina.
Una historia que sucedió hace algún tiempo nos ayudará a comprender mejor lo que puede ocasionar este tipo de problema. Lawrence John Ripple, de 71 años, confesó que asaltó un banco justamente porque quería alejarse de su esposa.
Usted podría pensar que se trata de algo irreal o del argumento inicial del guión de una nueva película de Hollywood, pero no lo es.
Se trata de una historia verídica y sucedió en Kansas City, en Estados Unidos. Ripple entró al Bank of Labor y le entregó una nota a la asistente que decía: “Tengo un arma, deme dinero”.
Asustada, la empleada del banco le entregó US$ 2.924 al anciano. Luego, él se sentó en el hall del edificio para esperar la llegada de la policía y no mostró ninguna resistencia cuando los policías llegaron.
Ripple es el padrastro de cuatro ahijados y tenía una relación estable con su mujer. El anciano les contó a las autoridades que escribió el mensaje en presencia de la esposa y dijo que preferiría estar preso que estar con ella en la casa. En el tribunal, afirmó que se sentía arrepentido y le pidió disculpas al banco y a la asistente.
Su defensa pidió clemencia y alegó que el anciano estaba con depresión a causa de una cirugía cardíaca a la que se había sometido en la época del crimen. El hombre dijo que, a partir del asalto, comenzó a hacer un tratamiento y que se sentía bien nuevamente. Después de haber pasado un tiempo preso, Ripple fue a juicio. La justicia lo declaró inocente y lo “condenó” a regresar a casa. Parece una ironía, pero el anciano no pudo huir de sus problemas.
Ahora bien, imagine a cualquier hombre que día tras día toma actitudes, que no son necesariamente tan extremas, para alejarse de la esposa. Algunos se refugian en el trabajo, en las amistades, en la bebida, e incluso, en las drogas. Pero, en algún momento, tendrán que volver a convivir con ellas. ¿No sería mejor que resolvieran lo que es necesario? Después de todo, huir nunca será la mejor alternativa.
Muchas veces, el hombre tiene problemas sin resolver y vive huyendo de ellos. Él es demasiado orgulloso para aceptar ayuda y piensa que podrá resolverlos por sí solo. No tenga miedo de pedir ayuda. Eso es mucho mejor que intentar huir y, en determinado momento, tener que tomar una actitud extrema y equivocada, al igual que el personaje de la historia que mencionamos.
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