La Palabra de Dios aconseja en el libro de Santiago, en el capítulo 4 y versículo 7, qué se debe hacer para resistir a los ataques del diablo: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Según el diccionario, resistir significa oponerse al adversario, no huir, mantenerse firme y no sucumbir o ceder. El verbo someter significa volverse sujeto, dependiente y obediente, subyugado y sometido. Eso quiere decir que la única manera de resistir al diablo es sujetarse a Dios, obedecerlo y confiar totalmente en Él.
El problema es que muchos cristianos piensan que el diablo ha desistido de sus almas por el hecho de haberse convertido al Señor Jesús. Eso es un engaño. Dado que él no puede atacar a Dios y no tiene más oportunidad de obtener la Salvación, su lucha para derribar a los hijos de Dios es aún mayor. La tentativa del diablo es agredir a Dios, aunque sea de manera indirecta. Por eso, presiona a los escogidos del Señor de diferentes maneras para que vuelvan a cometer pecado. Comienza a atacarlos para que caigan en tentación.
Pero la elección de ceder a las presiones del diablo es responsabilidad de cada uno de nosotros. Dios es fiel y quiere cumplir Su sueño en la vida de Sus hijos, pero es necesario confiar en Él, aunque todo alrededor parezca estar en contra de eso.
¿Cómo podemos poner esto en práctica?
En el programa Palabra Amiga, transmitido por la radio Rede Aleluia y por Facebook, el obispo Edir Macedo señaló 3 armas que usó el Señor Jesús para vencer a satanás durante el período que estuvo en el desierto. “Obviamente, el Señor Jesús podría haber usado Su autoridad como Dios para enfrentarlo, pero quiso dejar esos tres ejemplos para nosotros. Dios, en la persona del Espíritu Santo, nos dio las armas de la fe. Esas armas no son filosofías. No sirve usar las armas del diablo en contra del diablo. Si usted se complace en las injusticias entrará en el territorio del diablo y perderá”, advirtió el obispo.
Una de las armas que usó el Señor Jesús fue el ayuno, como está escrito en Mateo 4:2: “Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre”. Esto quiere decir que cuando nos abstenemos de algo que nos gusta y que necesitamos, aunque nuestra carne sienta su falta, nuestro espíritu se fortalece. Por eso es tan importante tomar esta actitud al pasar por tentaciones.
Otra arma poderosa para combatir lo que es espiritual es la oración. A través de ella podemos entregar nuestras dificultades en las manos de Dios. “Mientras tanto, Él (Jesús) ayunaba, oraba. Por lo tanto, Él ayunó, oró y cuando el diablo se le apareció, usó la Palabra de Dios”, describió el obispo Macedo.
La Palabra de Dios
La tercera arma es la Palabra de Dios, según está escrito en Mateo 4:4: “El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.
Cuando leemos lo que está descripto en la Biblia, Dios habla con nosotros. Solo así logramos estar atentos a Su voluntad y no estar disponibles para los ataques del mal.
Por lo tanto, ayune, ore y aliméntese de la Palabra de Dios para resistir siempre al diablo. Independientemente de los problemas que usted enfrente, manténgase en la fe. No se preocupe por el día de mañana. Preocúpese por el hoy, por el ahora y el mañana estará garantizado.
Si permanece en la obediencia a Dios y pone en práctica estas herramientas, usted no cederá al mal ni a las tentaciones que provienen de él y se mantendrá firme hasta el regreso del Señor Jesús.