El internet es un verdadero campo minado, con contenidos que pueden ser peligrosos, principalmente para los niños y jóvenes. Una prueba de esto, es el reciente “juego”, que se viralizó en las redes sociales: el desafío de “cráneo roto” o “rompecráneos”. Solo por el nombre ya se puede imaginar que no es algo bueno.
La imagen de arriba muestra a tres personas, una al lado de la otra. Cuando la del medio (sin previo aviso) salta, las otros dos aplican un puntapié, con el fin de hacerla caer. Lo que parece inofensivo, se ha mostrado incluso fatal. Desde que la moda comenzó, hay varios videos que muestran a personas desmayadas o lastimadas después de la caída.
La repercusión del desafío es tan grande que varios especialistas ya alertaron sobre los riesgos que pueden ocasionar. Lesiones, fracturas, traumas serios en la columna y en el cráneo e incluso la muerte.
La mente del joven
Este no es el primero y no será el último desafío propuesto en internet, que, como cualquier otra herramienta, no causa ningún mal. El problema es que, si usted no sabe usarla, terminará mal, se lastimará. Es lo que le ha pasado a la juventud, al dejarse llevar por cualquier juego tonto que ven en las redes sociales.
La edad favorece la participación de adolescentes en desafíos arriesgados. En la transición de la infancia hacia la etapa adulta, es normal que el joven pertenezca a un grupo y que busque identificarse con quienes lo integran. Entonces, para sentirse aceptado, imita el comportamiento de la mayoría.
Esta es la razón por la cual el adolescente debe elegir un grupo que tenga sus mismos valores, de lo contrario será influenciado e incluso obligado a actuar de manera equivocada, aunque no esté de acuerdo.
Esto lo vemos en la práctica, cuando observamos a jóvenes bien intencionados que participan de ‘juegos’ peligrosos solo para agradar a la mayoría del público. Lo peor es que, con las redes sociales, ese público es incalculable y los riesgos también.
El rol de los padres
Cuando los hijos son más inmaduros y tienen poca noción del peligro, les corresponde a los padres ejercer el papel de consejeros. Para eso, es necesario que estén atentos sobre todo lo que le pasa a su hijo y con el medio en el que se involucra.
Los hijos de padres atentos y que poseen un diálogo abierto es mucho más difícil de que sean convencidos a practicar acciones que les harán mal a sí mismos y a su prójimo. De la misma manera, Dios nos orientó que les enseñemos a nuestros hijos el camino y cuando sean viejos no se apartarán de lo que aprendieron en la infancia (lea Proverbios 22:6).
Padres que invierten tiempo en la orientación y en la educación de los niños tendrán la tranquilidad de tener hijos adultos maduros, responsables de su propia vida y de la vida de su prójimo.
Participe de los eventos y charlas proporcionados por el proyecto Escuela de Madres, que se llevan a cabo los segundos sábados de cada mes, a las 12 h, en Lavalle 940, Microcentro. Para más información visite el Instagram y Facebook del grupo.