Según las estadísticas, se estima que existen más de dos mil millones de cristianos en todo el mundo. Sin embargo, ¿todos son de Dios verdaderamente? Vea el siguiente versículo:
“… El que Me ama, Mi Palabra guardará…” Juan 14:23
Hay una diferencia muy grande entre considerarse cristiano y ser una persona de Dios. Todos los que pertenecen a Dios Lo aman sobre todas las cosas y Lo honran. No obstante, al contrario de lo que muchos creen, el amor no nace de los sentimientos, es una práctica racional que se manifiesta por las acciones de honra hacia los demás. Por lo tanto, de la misma manera que una persona que ama tiene el deseo constante de agradar al otro, Lo mismo sucede con respecto a Dios.
La gran diferencia
A lo largo de la historia, siempre hubo cristianos y cristianos. Veamos un ejemplo:
El libro de 1 Samuel relata la historia de un antiguo profeta de Israel que se llamaba Elí. Él tenía dos hijos que le ayudaban con las tareas del Templo. Sin embargo, el servicio que ellos hacían no justificaba la corrupción de sus corazones.
Por temor a perder el linaje sacerdotal, su padre Elí no los reprendía, sino que permitía que siguieran cometiendo abominaciones. Elí honraba más a sus hijos que a Dios.
Por eso, Dios le dijo“… Yo honraré a los que Me honran, y a los que Me desprecian serán tenidos en poco.” 1 Samuel 2:30
Honrar a Dios implica escuchar Su Voz, amarlo a través de la obediencia y hacer lo que Le agrada. Esto es lo que hace la diferencia entre un cristiano que es de Dios y otro que no lo es. Y si usted honra a Dios, tenga la seguridad de que Él también lo honrará.