Este domingo, 2 de agosto, comenzó el Ayuno de Daniel. Todos los que deseen participar de este gran propósito espiritual podrán hacerlo hasta el 22.
Esta campaña de fe se realiza todos los años en la Universal con el objetivo principal de obtener y mantener lo que es más valioso para un cristiano: la Salvación. Además, es el mejor momento para que las personas que no son bautizadas en el Espíritu Santo conquisten esta gran promesa, y también para que los ya Lo tienen se fortalezcan y renueven su comunión con Él.
El propósito está basado en el libro bíblico de Daniel, capítulo 10. Allí, se describe que el profeta Daniel hizo un ayuno durante tres semanas para depender solo de Dios. El pasaje dice: “En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.” (Daniel 10:2-3).
Daniel había tomado esa decisión para no contaminarse con los manjares del rey y, de este modo, obtener la renovación espiritual proveniente de Dios.
Actualmente, a causa de la rutina diaria, es común que las personas también se contaminen con las informaciones que consumen. Por eso, en los días de hoy, el Ayuno de Daniel consiste en abstenerse de todo lo que obstaculiza la comunión con Dios. Se trata de un “detox espiritual”.
Por ese motivo, los que realmente quieren renovarse con Dios tienen la oportunidad de abstenerse de esas informaciones (noticias seculares, distracciones y otras formas de entretenimiento) durante 21 días para dirigir su corazón, su mente, su espíritu y sus actitudes solamente al Altísimo. Esto puede hacerse a través de la meditación en la Palabra de Dios, de las oraciones, de los ayunos de alimentos y de involucrarse con Su Obra.
Alimento del alma
Delante de la situación que el mundo atraviesa actualmente, hay muchos motivos para la tristeza y la desesperación. Por eso, es muy importante alimentar el alma en este período, con las palabras dulces y de esperanza provenientes de Dios, como dijo el obispo Edir Macedo, en su programa Una Palabra Amiga, que se transmite por Radio Red Aleluya y por las redes sociales. Él se basó en el versículo que dice: “Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos.” (Proverbios 16.24).
El obispo, incluso, agregó: “lo que alimenta nuestra alma son las palabras de Dios, no las del mundo. Por eso, amigo, use su capacidad de razonamiento y, en lugar de enfocar su alma y su mente en las noticias sobre muertes y desesperación que la humanidad está pasando, busque leer lo que es bueno, lo que endulzará su alma”.
El que da, recibe
Es el momento para recibir más de Dios. Sin embargo, para eso, es necesario darse más a Él. Jesús hizo una referencia sobre esto en el Evangelio de Mateo 7:2: “… con la medida con que medís, os será medido”.
Por eso, además de abstenerse de las informaciones seculares y de toda forma de entretenimiento, se puede hacer más también por el Espíritu Santo, al realizar algo que Lo agrade, como evangelizar a los afligidos, perdonar a alguien que le ofendió, ayudar a un necesitado, hacer donaciones y leer más contenidos referentes a la fe, por ejemplo.