“Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra el SEÑOR, Dios de Israel, y así y así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.” Josué 7:20-22
La historia de Acán todavía se repite en la vida de muchas personas en los días de hoy.
Acán guardó utensilios dentro de la tienda (corazón), debajo de la alfombra.
Mientras obedecía a la Voz de Dios, el pueblo de Israel venció a Jericó y se sintió bien.
Sin embargo, cuando luchó contra Ai (una ciudad mucho más pequeña y con menos soldados), ¡fue derrotado!
Y una de las razones por las que las personas no reciben el Espíritu Santo es porque guardan en el corazón (tienda) resentimientos, odio, etc.
Esto es lo que obstruye las bendiciones y causa pérdidas y sufrimiento.
¡Dios los bendiga a todos!