Si usted pudiera hablar con cualquier persona de este mundo, famosa o anónima, de la actualidad o del pasado, ¿con quién le gustaría hablar? ¿Le gustaría sentarse con Bill Gates, el hombre más rico del mundo, y buscar algún consejo? ¿Con un médico, que pueda opinar sobre su caso, darle consejos o tratamientos?
¿Con Albert Einstein, considerado el más inteligente de la historia? Muchas personas pagan enormes sumas de dinero para tener este privilegio y no logran hablar con quienes quisieran, pero no se dan cuenta de que tiran a la basura la oportunidad más grande que tienen: la de hablar con Dios. No con un ser humano limitado, sino con el propio Creador.
En la Biblia, uno de los pasajes que me llama la atención sobre esto está en Hebreos (10:19). El pasaje dice que tenemos la osadía de entrar al lugar más Santo para hablar a los oídos de Dios y tener la seguridad de que Él nos escuchará y atenderá. No por nosotros, sino por Su Hijo, que nos prestó Su nombre para que nos acerquemos al Padre. Usted tiene el derecho de entrar al lugar más íntimo para hablar con Dios, por el tiempo y sobre lo que quiera: derramar su corazón, sacarse todos los miedos, hacerle preguntas y pedidos, hablarle acerca de sus preocupaciones y también escuchar de Él, de Su Espíritu, el consejo para su vida.
Usted solo necesita tener fe, y ser humilde para reconocer que necesita de Dios. Puede elegir un lugar donde pueda quedarse a solas con Él y derramar sus angustias y preocupaciones. Él lo escuchará. Pero la pregunta es: ¿Por qué no practicamos esto con más frecuencia? ¿Por qué no nos valemos de este derecho como deberíamos? ¿Por qué, en lugar de entrar al Santuario y hablar directamente con Él, le pedimos oración al pastor, al obispo, a los hermanos de la iglesia? Usted puede orar por usted. Está bien que una persona que no tenga fe o que no sepa cómo desarrollar su oración le pida a alguien que ore por ella. Pero ¿por qué usted, que ya lo sabe, no se acerca directamente a Dios? Él dijo: «Hasta ahora nada habéis pedido en Mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.» Juan 16:24
Él lo convoca a que haga uso de esto, es su derecho. Usted tendrá una nueva dirección para su vida y sus caminos se abrirán. La pregunta es: ¿cuándo fue la última vez que usted hizo esto?