Meditando en este pasaje a continuación.
“Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.” Génesis 32:27-28
Vemos que la actitud de Jacob hizo que Dios le diera el nombre de Israel.
Porque, en hebreo, Israel significa:
Ish – Ra – El
Hombre – Lucha – Dios.
Pues él luchó con Dios.
Por la forma en que nació, se le dio un nombre. Jacob: el que se agarra del calcañar.
La forma en que nació Esaú, hizo que él recibiera un nombre. Esaú: peludo.
Como muchos otros en el pasado.
En la Revelación que Juan tuvo del Apocalipsis está escrito:
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” Apocalipsis 2:17
Los salvos, los que nacieron de Dios, recibirán un Nombre Nuevo.
Por lo que vemos, fue la actitud de Jacob lo que hizo que Dios cambiara su nombre.
Si no hubiera luchado con Dios allí, habría continuado siendo el que agarra el calcañar, el que se queda atrás, e incluso habría perdido todo, pues su hermano se le estaba acercando con odio y podía hasta matarlo.
¿Cuántas personas siempre se quedan atrás?
¿A cuántas personas nunca les llega su momento?
¿Cuántas son las que, hasta hoy, no han recibido el Bautismo con el Espíritu Santo?
Todas nuestras actitudes, hasta hoy, hicieron que Dios nos diera un nombre.
No es Dios Quien elige bendecir aleatoriamente, sino las actitudes de cada uno.
Por eso, quien actúe como Jacob, que lo dejó todo, se vació y se quedó solo con Dios en Jaboc, provocará una reacción de Dios, que es cambiar su identidad y darle un Nombre Nuevo, que Dios dará de acuerdo con la actitud de cada uno.
Dios le bendiga a usted y a su familia.