Algunos piensan que la mentira tiene diferentes niveles de gravedad. Sin embargo, la mentira siempre es nociva y sus consecuencias pueden perdurar por mucho tiempo.
Hay padres que consideran que una “mentirita piadosa” puede alegrar a los niños. Por esa razón, algunos incentivan a sus hijos a creer en personajes ficticios como Papá Noel, los Reyes Magos, el Hada de los Dientes, entre otros. No obstante, aunque usted no lo crea, esas mentiras no son nada buenas.
Según un estudio realizado por la Universidad Normal de Xingyang, en China, las mentiras que los padres les cuentan a sus niños pueden producirles ansiedad en la adolescencia. Esto sucede porque los pequeños no tienen una capacidad cognitiva suficiente para poder discernir si algo es verdadero o no. Por lo tanto, al crecer, tienden a dudar o desconfiar de las palabras de sus padres y del resto de las personas.
“Los padres suelen tener buenas intenciones cuando cuentan ‘mentiras piadosas’. Pero esas mentiras pueden generarles incertidumbre y ansiedad a sus hijos”, aseguró el autor principal del estudio, Liu Meiting, al periódico inglés Daily Mail.
Eduque a hijos honestos que digan siempre la verdad
Actualmente, la mentira está naturalizada. Muchas personas no se dan cuenta lo terrible que puede ser esta práctica, pues destruye cualquier tipo de relación afectiva, genera desconfianza, desacredita al individuo, etc.
Sin embargo, los padres que se esfuerzan en enseñarles los buenos valores a sus hijos no pueden dejarse llevar por las ideas engañosas que el mundo propone, porque la verdad siempre es la mejor herramienta para establecer un vínculo saludable.