Instagram es la red social más nociva para la salud mental de jóvenes y adolescentes, según el estudio #Statusofmind (estado mental) del Instituto Royal Society en Reino Unido. La investigación reunió a 1.479 personas de 16 a 24 años.
La aplicación de imágenes fue asociada a problemas psicológicos, tales como la ansiedad, la depresión, la soledad, los trastornos de sueño, el síndrome de distorsión de la imagen, el bullying y la nomofobia. Este último, se ha vuelto cada vez más común en la vida cotidiana de los jóvenes, ocurre cuando la persona no logra separarse del teléfono por miedo a perderse algún mensaje o foto y ser excluida del círculo social.
La investigación llamó la atención sobre el peligro de utilizar las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram durante más de dos horas diarias, debido a los posibles efectos de depresión, baja autoestima e insomnio. Además de eso, el 37% de los entrevistados afirman que fueron víctimas de acoso cibernético al menos una vez en la vida.
Para la psicóloga Luciana Ruffo, Instagram es más nocivo que las otras redes sociales, porque utiliza imágenes. “Nadie publica una foto fea, buscamos siempre mostrar un mundo perfecto, y las personas hacen muchas comparaciones. Si a una niña no le gusta su cuerpo y está expuesta siempre a imágenes del mundo fitness, eso impactará en su autoestima. Mucho más las imágenes que pasan por filtros y edición.”
Sin embargo, ella también advierte que, es incierto definir si las enfermedades psicológicas de esta generación son fruto de internet o sensaciones ya existentes, pero camufladas y reforzadas por el estímulo de las redes. “Las personas están deprimidas y se refugian en internet, pero no se puede saber si internet produce depresión en ellas.”
Soluciones
Para la especialista, el núcleo familiar tiene un papel importante en el momento de orientar a los hijos en relación al uso de las redes sociales. Los padres deben participar en vez de criticar, respetar los intereses digitales de los hijos y saber imponer límites saludables. “Hasta los 18 años es necesario establecer reglas, como no usar el celular en el momento de la comida o en reuniones familiares. Sin embargo, se debe reservar un momento del día, dos horas, para que la persona pueda acceder a las redes sociales. También se debe incentivar la autoconciencia de los hijos sobre cuán nocivas son, por medio de diálogos o informes”, dice. El problema no está en el uso saludable de las redes, sino en la exageración.
Sociedad
Luciana destaca la importancia de la orientación en las escuelas sobre el correcto uso de esas aplicaciones. Además, piensa que deberían tener anuncios cuando las imágenes se alteran digitalmente.
Ella explica, que no es responsabilidad de las redes sociales realizar una medida preventiva para identificar trastornos, sino una función de los padres. “La tecnología no cambió el guion, solo hizo que las cosas ocurrieran más rápido. La conversación en el portón de casa ahora es a través de Facebook, así como la tecnología hizo con que el bullying tenga un mayor alcance”, comenta.
Por último, ella dice que ninguna red social es capaz de substituir el papel regulador que los padres tienen en la vida de sus hijos.
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