La Biblia no es un libro como cualquier otro y tampoco es una obra literaria escrita por personas con mucha creatividad. La Biblia contiene los pensamientos del Altísimo, que es la fuente de la sabiduría.
Observe que, a pesar del tiempo que pasó desde que fue escrita, la Palabra de Dios permanece vigente y actualizada. Por lo tanto, la persona que la lee, cautelosamente, y practica sus enseñanzas sabrá cómo proceder ante un determinado problema, tomará mejores decisiones, evitará conflictos, entre otras cosas.
Los motivos de discusión en el matrimonio pueden haber cambiado con el trascurso de los años, sin embargo, las personas, generalmente, siguen equivocándose de la misma manera que lo hacían en el pasado: la falta de orden y de disciplina es la razón principal de los conflictos en la relación.
Hay un pasaje bíblico en el que el Señor Jesús resumió los diez mandamientos en dos. No obstante, en estos versículos está el secreto para establecer nuestras prioridades fundamentales y, de esa manera, ser felices en todas las áreas de la vida, incluyendo la sentimental.
Primera prioridad: Dios
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.” Mateo 22:37-38
El error de muchas personas es pensar que el amor solo abarca los sentimientos, porque, en realidad, es mucho más que eso. En el sentido bíblico, la palabra amor significa lealtad y fidelidad. Es decir que, para cumplir el primer mandamiento, la persona deberá probar, a través de sus actitudes y de su comportamiento, que Dios es el Señor de su vida.
Si Dios no es el pilar principalde la relación, el matrimonio, lamentablemente, estará destinado al fracaso.
Segunda prioridad: Usted
“Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:39
¿Cuántos han empezado una relación peligrosa y humillante porque no supieron reconocer su propio valor?
Lo que muchas personas no saben es que, antes de amar a otra persona, deben amarse y valorarse a sí mismas. Esto no significa que deben ser egoístas, orgullosas o narcisistas, ¡al contrario!, deben respetar a los demás así como se respetan a sí mismas.
En resumen, la persona debe priorizar a Dios, valorarse, para luego cuidar y respetar a su cónyuge. Este orden Divino la hará ser feliz en su matrimonio.
En las charlas de la Terapia del Amor, que se realizan todos los jueves, la Universal busca concientizar, tanto a los casados como a los solteros, sobre la importancia de curar el alma, de invertir en sí mismo y de actuar de acuerdo con la razón.
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