Todo el mundo tiene paciencia para sembrar y esperar el tiempo de la cosecha; paciencia para esperar el salario al final del mes; paciencia para esperar a que el hijo nazca; paciencia para terminar los estudios; en fin, paciencia para todo lo que requiere paciencia. Pero cuando involucra a las Promesas de Dios, hay quien vive ansioso.
Las personas envueltas con la fe emotiva no logran ser pacientes frente a los desafíos para aguardar el momento indicado.
La fe emotiva es ciega. Retira a la persona de la realidad y la empuja a oír la voz del corazón. Quien vive la fe emotiva les da atención a las cosas que se ven. Sus decisiones son tomadas en el corazón. Sus elecciones son hechas basadas en la emoción, de acuerdo con los sentimientos. Gente así es como un niño inocente, bobito, fácil, fácil de ser engañado. Se deja llevar por la corriente… Un caramelo, un dulcecito, un chocolate, un sonajero, cualquier cosa colorida es capaz de atraer sus ojos y hacerlo aceptar en el corazón.
Ese tipo de fe de comportamiento ha lanzado a sus víctimas a las cuevas de los leones del comercio, de los vicios y de todo lo más atractivo de este mundo vil. Las transforma en consumidoras compulsivas, capaces de comprar hasta lo innecesario y meterse en deudas por nada. La fe emotiva es más mortífera que un insecticida. Esta es la principal responsable por el suicidio.
A causa de eso es que el Espíritu Santo ha advertido:
… no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” 2 Corintios 4:18
Quien anda basado en lo que ve hace elecciones en el corazón y no en el intelecto. No agrada a Dios y, lo peor, nunca está libre.
Agrada a Dios quien vive por la fe en Su Palabra. No se trata de vida religiosa. Andar en la fe es andar de acuerdo con las Palabras pronunciadas por la boca de Dios y escritas en la Sagrada Biblia. Estas son verdaderas y eternas. ¿Cómo alguien que vive basado en la emoción puede fijarse en las cosas invisibles? ¡Es imposible! Para poner la atención en las cosas invisibles es necesario ser espiritual. Necesita andar en espíritu. Es decir, andar por la fe racional.
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Hebreos 10:35-36
No sirve intentar tener paciencia si aún no hizo la voluntad de Dios. No sirve esperar la promesa y mantener el corazón lleno de rencor hacia el marido. O esperar la promesa mirando a todo el mundo con malos ojos. Solo se alcanza la promesa después de haber hecho la voluntad de Dios.
Entonces, para saber cuál es el próximo paso a ser dado, use el intelecto y responda: en relación a aquello que usted quiere, ¿ya hizo la voluntad de Dios? Si no sabe cuál es la voluntad de Dios, es por ahí que debe comenzar. Pregúntele a Él y analice los textos bíblicos para saber qué necesita obedecer. Si ya lo sabe, pero aún no lo hizo, hágalo. Si ya lo sabe y ya ha hecho la voluntad de Dios, su necesidad ahora es paciencia para alcanzar la promesa.