¿Qué es mayor el oro o el Altar? Con esta pregunta, que el Señor Jesús les hizo a los religiosos, el obispo Edir Macedo comenzó la prédica de la reunión este domingo en la Catedral de la Universal de Belo Horizonte, Minas Gerais.
En la oportunidad, el obispo explicó que el Señor Jesús hizo esa pregunta porque los religiosos “colaban el mosquito y tragaban el camello”. Es decir, se preocupaban, por ejemplo, por guardar el sábado, aun así, ese mismo día, cometían adulterio, mentían, eran corruptos, etc.
“El oro era lo que cubría el techo y las paredes del Templo de Salomón, por este motivo, los religiosos quedaban atónitos delante de tanta belleza, de tanta gloria, de tanta majestad y se olvidaban del Templo, que era lo más importante, porque santificaba el oro”, dijo.
De acuerdo con el obispo, lo mismo les sucede a las personas en este mundo. Ellas sufren porque priorizan e invierten más en su cuerpo que en lo que está dentro de él, que es lo más importante, el alma.
Cómo hacer feliz al alma
“Su alma es más importante que su cuerpo. Me gustaría que usted tuviera esa conciencia. Su alma vivirá eternamente, sea en la presencia de Dios o en el infierno; nunca morirá. Nuestra alma usa nuestra boca para hablar, nuestra cabeza para pensar, nuestro corazón para sentir; siempre se está manifestando, siempre quiere algo”, destaca.
Sin embargo, también señaló que no son las cosas atractivas de este mundo las que harán feliz a nuestro cuerpo. “Nuestro cuerpo es feliz solo cuando nuestra alma es feliz, porque nuestro cuerpo es solo un vaso. Tanto es así que, cuando la persona muere, cuando el alma sale de nuestro cuerpo, se puede hacer lo que uno quiera con él y no sentirá nada.”
Por lo tanto, ¿Cómo puede invertir en su alma y hacerla feliz?
Jesús enseñó:
“También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” Lucas 12:16-20
“El alma anhela paz. Muchas personas se matan porque no tienen paz en sus almas. Entonces, ¿qué debe hacer para tener una vida de calidad y para vivir eternamente? Invertir en su alma. Y la mayor inversión que podemos hacer por nuestra alma es escuchar la Palabra de Dios”, enseñó.
Acepte al Señor Jesús como Señor y Salvador
Según el obispo, muchas personas ignoran este asunto porque no tienen idea de lo que está dentro de ellas. No importa quién es usted, su alma tiene tanto valor como la de cualquier otra persona, por eso, el Señor Jesús vino al mundo, para salvarla. No obstante, para que eso sea posible, usted debe aceptarlo y reconocerlo como Señor y Salvador, de lo contrario, seguirá sufriendo.
“Dios quiere presentarle a Su Hijo, quiere que Lo conozca personalmente y que tenga una experiencia personal con Él. El día que usted la tenga, su vida nunca más será la misma. Usted no dependerá del dinero, de su jefe, del Gobierno ni de los favores de alguien, sino que será libre para vivir una vida diferente de la de los demás”, aseguró el obispo.
Estamos viviendo el Ayuno de Daniel, del 11 al 31 de diciembre, aproveche este periodo para invertir en la Salvación de su alma. Sepa cómo participar haciendo clic aquí.