Estrada da Luz, Lisboa. Fue allí que el obispo Paulo Roberto Guimarães condujo, el 17 de diciembre de 1989, la primera reunión de la Universal en Portugal. En la época era pastor y salió de Brasil con su esposa Solange, y sus dos hijos más grandes – Tiago (hoy de 33 años) y Carolina (actualmente tiene 30 años) –, que eran todavía niños (todos en la foto de abajo). La misión era instalar en aquella patria un núcleo de la Universal, que comenzaba a expandirse por el mundo. No había ningún plan definido, sino el Espíritu movido por la Fe, para cumplir la misión bíblica dejada por el propio Señor Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.” Marcos 16:15
“Tuvimos que comenzar de cero”, recordó el obispo Paulo Roberto en la entrevista realizada por Folha Universal en mayo de 2015. “Llegué a escuchar de una persona de allá: ‘Esto no es Brasil. Si usted piensa que su Iglesia va a funcionar, se está engañando, porque acá nosotros adoramos a Fátima (santa católica).’ Le respondí que él iba a escuchar hablar mucho de la Universal.”
De hecho, los primeros meses fueron difíciles para todos los involucrados en llevar la Palabra de Dios a la población portuguesa, históricamente católica y muy apegada a dogmas y tradiciones. La primera reunión en el pequeño espacio de la Estrada da Luz, por ejemplo, contó con la presencia de 12 personas. Al segundo encuentro, ninguna persona apareció. Era la víspera de Navidad, aquel domingo, 24 de diciembre de 1989.
“Al principio fue difícil, muy difícil. Lejos de nuestra tierra, de nuestros amigos, en un lugar que no conocíamos nada ni a nadie, y nadie nos conocía. Solo el Espíritu Santo nos daba fuerzas”, contó el obispo en otra entrevista, dada a Folha de Portugal. “Dios siempre hablaba en mi corazón: ‘La lucha es grande, pero la victoria es segura.’ En la segunda reunión no apareció nadie. Si, lloré, pues esa fue la Navidad más triste y difícil de mi vida.”
Persistencia y victoria
Sin embargo, la Navidad más triste de la vida del obispo Paulo Roberto no lo hizo desistir de su misión. Al contrario, incentivado por el obispo Edir Macedo y por la Palabra de Dios, intensificó su trabajo, evangelizando por las calles de Lisboa.
“El primer año fue difícil. Yo salía a evangelizar a la calle, pero no aparecía nadie en la Iglesia. Me quedaba en la puerta invitando a las personas, que miraban con cara fea para adentro del templo, daban la espalda y se iban.”
Al poco tiempo, sin embargo, la manera racional de usar la fe fue conquistando a los portugueses y llenando las reuniones. El 24 de Julio de 1990, en la Estrada da Luz, se inauguró oficialmente el primer Centro de Ayuda (CdA) de la Universal en Portugal.
En aquella época, además de evangelización en las calles, muchos también eran invitados a la Universal por los programas de radio, que, de a poco, fueron trasmitidos a todo el país, inclusive en las islas pertenecientes a Portugal. La demanda de la Universal fue tanta que se abrieron, en poco tiempo, otros Centros de Ayuda, en lugares cada vez más grandes, llevando el Evangelio cada vez a más personas, que cambiaban de vida después de frecuentar las reuniones de la Universal.
“Tenía una aspiración muy grande en mi corazón. Quería llevar a las personas a conocer al Dios Vivo, al Jesús que cura, libera, da vida y es el Único Salvador. Estaba determinado, muy determinado. Por eso nunca me desanimé. En el fondo de mi corazón, sabía que esa era y es la voluntad de Dios”, afirma el obispo Paulo Roberto Guimarães.
Proyectos sociales
Verdaderamente, la voluntad de Dios está cumpliéndose en Portugal. Allí, muchas personas ya oyeron el Evangelio, fueron liberadas de problemas y conquistaron vidas bendecidas. El trabajo, que comenzó siendo divulgado apenas con el “boca a boca”, hoy cuenta, con los programas de radio, con programación en la tv (iurdtv.eu) y un periódico semanal con más de 70 mil ejemplares, la Folha de Portugal, que tiene 14 años de existencia.
Además de las reuniones, la Universal también realiza diversas acciones sociales por el país, por medio de grupos que atienden a públicos específicos, como Madres en Oración, Fuerza Joven Europa (en la foto de arriba, joven voluntaria durante una donación de sangre realizada en el país), Proyecto Rahab, Godllywood, Grupo Caleb y Ángeles de la Noche.
Fe verdadera
Hoy, la Universal cuenta con 130 templos, esparcidos por el país y por las islas pertenecientes a él (en la foto de al lado, el Templo Mayor de Lisboa por dentro, durante una reunión realizada por el obispo Macedo). El trabajo está bajo el liderazgo del obispo Romualdo Panceiro – que es el responsable por la Iglesia en toda Europa. En la Universal desde 1982, el obispo ya estuvo al frente del trabajo de evangelización de la Universal en México, Argentina y Estados Unidos, y observa las principales dificultades, todavía, para predicar el Evangelio en Portugal: “Son los obstáculos de motivación religiosa, ya que en el país predomina y está bastante enraizada la religión tradicional romana.”
Aun así, el trabajo de la Iglesia en la región se fortalece cada vez más. “Diariamente, en todo el país, hemos recibido relatos de personas cuyas vidas fueron transformadas, por medio de la cura, liberación de los vicios, de espíritus malignos y de situaciones de miseria. Es gratificante ver como las “escamas” de la religión caen de los ojos del pueblo, sus oídos pasan a escuchar y levantan sus cabezas. Actitudes que provienen de la fe verdadera que les enseñamos, el pueblo pasa a luchar por la nueva vida que Dios prometió en su Palabra”, destaca el obispo.
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