Generalmente, la mujer tiene la fama de acumular ropa, accesorios y otros objetos. Esto es algo injusto porque el hombre también acumula cosas y desorganiza tanto la casa como su vida.
Apegarse a determinadas prendas de vestir, por ejemplo, es una manía masculina muy conocida por las esposas, novias y madres que no soportan ver a un hombre con la misma remera hasta agujerearse (o incluso, hasta después de eso), mientras las prendas más nuevas están apiladas en el armario.
También es común que se apeguen a las zapatillas que están a punto de romperse, mientras los otros calzados se despegan o se llenan de moho en el armario, porque pasan más tiempo guardados que puestos. ¿Qué le parece donarle esa camisa, que usted no usa hace más de un año, a alguien que necesita vestirse bien para una entrevista de trabajo, en la que la apariencia cuenta mucho?
¿Y los libros? Algunos hacen pilas y más pilas por toda la casa, dejan que junten polvo y se amarilleen. Lo mismo sucede con los CDs, LPs, Casetes, DVDs, revistas, manuales de instrucción, materiales didácticos antiguos, etc. Vender los libros que no son importantes ni útiles para usted o donarlos a una biblioteca es una buena opción. Guarde solo los que son de referencia, los que usted consulta para su trabajo y los que contribuyen en su vida persona y espiritual.
Las colecciones también cuentan, juguetes de la infancia guardados para que nadie más los use, álbumes de sellos sin abrir, cómics que nunca más vieron la luz y otros cachivaches que, útiles o no, permanecen guardados durante años y alguien solo los ve cuando hay que reformar o mudarse. Esas cosas lo divertían y le promovían una higiene mental hace algunos años, es decir, eran útiles, sin embargo, con el pasar de los años, otros intereses y prioridades surgieron y esas cosas se quedaron allí acumulando polvo. Usted puede venderle esos objetos a alguien que esté en el auge del coleccionismo (el bueno, no el de acumulación compulsiva) y ganar una buena suma de dinero.
¿Recuerda ese taladro que compró para instalar el armario y que nunca más usó? Por supuesto que las herramientas son útiles, pero es bueno ver cuáles se usan con más frecuencia y cuáles se pueden prestar o incluso alquilar cuando sea necesario, principalmente las que son grandes. La mayoría de nosotros no necesita más que una buena caja de herramientas con los elementos básicos que se usan cotidianamente.
Sí, los hombres también se apegan, y mucho. Ellos acumulan una infinidad de cosas que ocupan el espacio de lo que realmente es útil en este momento de sus vidas, mientras otras personas las necesitan. Entonces, ¿qué le parece seleccionar lo que está en uso y deshacerse de lo demás que está allí sin ser notado?
El desapego vale para todo lo que es material, como la bicicleta ergométrica o la cinta caminadora que se volvió una percha en la esquina de la habitación, la bicicleta tirada en el garaje con los neumáticos desinflados, la laptop olvidada después de que la nueva llegó (pero que aún le sería útil a alguien que la necesitara), el pesado abrigo que nunca más se usó después del viaje a los países más fríos. Separe todo lo que es para tirar, donar o vender, según su estado y utilidad.
El desapego material también puede ser un ejercicio para desprenderse de lo que está acumulado en su mente y lo aleja de Dios. Algunos ejemplos son: manías, obstáculos, vicios, resentimiento, orgullo, egocentrismo, entre otros sentimientos y otras prácticas que llevan al hombre cada vez más hacia el mundo y menos hacia la Salvación, además de robarle su tiempo.
Cuando estas cosas malas salen de la cabeza y se desechan correctamente, sobra mucho espacio para la vida espiritual, la familia, el amor, la salud, las actividades físicas, la educación, y todo lo que promueve el equilibrio necesario para ser un hombre conforme a la imagen y semejanza de Dios.
Si los problemas no lo dejan en paz y quiere ser libre de los tormentos espirituales, participe de la Reunión de Liberación a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y 20 h, en la Universal más cerca de su domicilio.
Si en su localidad rigen las medidas sanitarias que le impiden participar de las reuniones de manera presencial, usted podrá hacerlo de manera online, a las 20 h, a través de:
La radio Red Aleluya FM 106.3 y en todas sus repetidoras del país o por Radio Buenos Aires AM 1350.
La App Red Aleluya Argentina. Podrá descargarla gratuitamente a través de App Store o Play Store.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al (011) 5252-4070.