Al contrario de lo que muchos piensan, el problema más grande del ser humano no está en su exterior, sino dentro de él, en sus pensamientos.
Algunas personas hacen que su mente y su corazón se conviertan en una mochila pesada en la que guardan diferentes tipos de pensamientos y sentimientos negativos, como las preocupaciones, las ansiedades, los miedos, entre otras cosas.
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros; que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4).
El cristiano no debe agobiarse ante una situación difícil. En primer lugar, debe pensar así: “Si tengo a Dios en mi interior, ¿qué problema podrá destruirme?”.
La razón por la cual muchos están angustiados constantemente es porque han ignorado las promesas Divinas y se dejaron influenciar por sus propias emociones. Por ese motivo, es importante que el cristiano sustente su fe con la Palabra de Dios para que, de esa forma, venza los sentimientos negativos.
Las emociones humanas son inestables, sin embargo, las promesas de Dios permanecen para siempre. Usted debe elegir a cuál de las dos seguirá.