“Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomen también el casco de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”. Efésios 6:13-17
Aquí está el secreto para resistir el día malo, uno tiene que tomar toda la armadura de Dios. ¿Y cuál es la armadura de Dios?
“Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad …”
Entonces, la verdad es la armadura de Dios y la mentira es la armadura de diablo. El diablo es el padre de la mentira, “Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. (Juan 8:44).
Muchas veces las personas viven en la mentira y piensan que las “mentiritas” no perjudican, y no se dan cuenta de que son la armadura de satanás. Jesús dijo:
“Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida…” (Juan 14:6).
Es siempre mejor decir la verdad porque es mejor que la mentira. Una persona que dice ser de Dios no puede decir mentiras ni grandes ni pequeñas. “¿Hiciste eso?” “Sí, lo hice”, o “No, no lo hice”. ¡Listo! ¡Sí sí o no no! Uno debe estar en la verdad.
“… revestidos con la coraza de la justicia …”
El patrón paga lo justo, el empleado trabaja como debe ser, ¡siempre en la justicia!
“…y calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz …”
Preparados para anunciar lo que dice la Biblia, los evangelios. Es importante que usted los lea para que esté preparado desde la cabeza hasta los pies.
“Sobre todo, tomen el escudo de la fe …”
Debemos estar siempre en la fe, la fe no es solo para atacar, sino también para defendernos.
La fe no es solo para sanar, para liberar, sino para guardarnos, si está en la fe, le va a entrar por un oído y le va a salir por el otro lo que digan los demás de usted.
“… con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno …”
Con el escudo de la fe usted podrá apagar los dardos encendidos del maligno. ¿Vio esas flechas que arrojaban en las batallas y lo incendiaban todo? Pero, si la persona está en la fe, las apaga a todas.
“Tomen también el casco de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”.
La Palabra de Dios es nuestra armadura de guerra, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, uno completa al otro, todas las Escrituras fueron inspiradas por Dios. La Palabra es un Casco que protege su mente. Piense en eso, cuando estamos en la fe, en la justicia, en la verdad, estamos también en la paz. La persona que está en la fe está en la paz, adonde llega transmite paz. ¡Y usa la espada del Espíritu!
Así debemos hacer para resistir el día malo, que puede llegar para todos. La armadura es una sola, compuesta por todas las partes de la cabeza a los pies, y si uno no la tiene cuando llega el día malo, no está firme y puede caer en la fe.
Esta armadura es el Espíritu Santo. ¡El Espíritu Santo es el Casco que protege nuestra Salvación y nos guarda para el día malo!
Piense en eso.
Dios le bendiga.