La falta de tiempo, el rápido avance de los recursos tecnológicos y la facilidad que los niños tienen para navegar en internet están creando una situación cada vez más desafiante para los padres. Hoy, los hijos pasan muchas horas conectados y buscan todo tipo de información en la red. Por otro lado, los padres se esfuerzan por encajar en la agenda responsabilidades como el trabajo, la familia, la administración de las finanzas y los compromisos sociales. En el medio del camino, muchos se sienten cansados y sin paciencia. En este escenario, la educación de los hijos está cada vez más tercerizada. En muchos casos, se transfiere a la escuela, a los abuelos, a los tíos, a los grupos de la iglesia y hasta desconocidos que ocultan sus malas intenciones detrás de la pantalla de la computadora. Para evitar conflictos, algunos padres dejan de hacer interferencias en el comportamiento de los hijos, incluso cuando saben que ciertas actitudes son perjudiciales. Muchos prefieren omitir o fingir que no saben lo que está sucediendo. ¿Cuáles son los riesgos de no asumir el control de la educación de los hijos?
Casos recientes divulgados en los medios de comunicación muestran que los jóvenes sin apoyo pueden buscar ayuda en páginas que estimulan el suicidio o en páginas que promueven la falta de respeto. Por otro lado, en el mundo real, pueden aceptar probar drogas o abusar de las bebidas alcohólicas para ser aceptados en grupos. Los hijos que crecen con valores diferentes a los de sus padres o desorientados sobre cuestiones como educación son otros problemas generados por el distanciamiento entre padres e hijos.
Referencia externa
La psicóloga Patricia Florenzano, de San Pablo, explica que los padres deben buscar mantener una buena relación con el hijo en todas las etapas de su vida. Cuando esto no sucede, se abre espacio para que el niño busque apoyo en referencias que pueden ser peligrosas. Patricia afirma que hasta en la temida etapa de la adolescencia se pueden evitar muchas dificultades cuando los padres tratan de comprender mejor la realidad y las necesidades del hijo.
“Lamentablemente, muchos padres, por vergüenza o desconocimiento, no saben responder algunas dudas o no comprenden el universo del adolescente. Si el hijo no encuentra apoyo en casa, va a buscar referencias en otros lugares, con amigos, en internet, con otras personas, y ahí surgen algunos conflictos”, analiza.
La psicoterapeuta Aline Gomes, de Río de Janeiro, advierte que la omisión de los padres puede llevar a los hijos a sentir que fueron abandonados. “Por no saber lidiar con los cambios de humor y el comportamiento de los adolescentes, algunos padres se cansan y les dan la espalda para ahorrarse discusiones. El desgaste en la relación es normal, pero es importante no dejar al hijo de lado para que no se sienta abandonado”, añade. Cuando la situación se sale del control, Patricia y Aline aconsejan que los padres busquen ayuda de los especialistas y grupos de apoyo.
Padre, sí; dictador, no
Pero, después de todo, ¿cómo asumir la educación de los hijos, poniendo los límites adecuados y haciendo interferencias en la medida correcta, sin transformarse en un dictador en la casa? Patricia aconseja que los padres estimulen el diálogo y definan límites desde el inicio de la vida del niño. “Los padres entran para mostrarle al niño que no existe solo su voluntad. Las reglas deben ponerse con afecto, amor y comunicación. Es importante explicar el porqué de las cosas”, detalla. Esto significa dedicar un tiempo al hijo todos los días. “Los padres deben explicar una, dos, 10, 15 veces, hasta el momento en que el niño absorba la enseñanza. No sirve decir solo ‘no y punto’”.
La especialista incluso destaca la importancia de dar buenos ejemplos. Es decir, no sirve de nada decirle al hijo que no esté muchas horas con el smartphone si los padres no se despegan del aparato. “Los padres deben ser un ejemplo, una referencia. El hijo reconoce cuando los padres mienten y eso crea una relación de inseguridad.”
Por otro lado, Aline argumenta que darles autonomía a los hijos también es fundamental para que ellos se desarrollen de manera adecuada. “Los padres pueden instigar al niño a hacer algunas actividades, como preparar su desayuno, guardar los juguetes, siempre respetado la edad y el individualismo del hijo. Muchos padres dicen que los hijos no son capaces e impiden que ellos hagan muchas cosas y eso puede generar adultos inseguros”, advierte.
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