Aldo: “Mi familia estaba destruida, había muchos problemas en mi casa, de salud, vicios, maltratos y deudas. Yo estaba sin trabajo, perdido en los vicios y estuvimos a punto de perder la casa.
Empecé a salir por las noches con mis amigos porque pensaba que esa era la solución. Entonces, me involucré más en los vicios y me volví más agresivo, en especial con mi esposa y llegué a pegarle. Maltrataba a mis hijos y los humillaba. Tenía un carácter muy fuerte y era orgulloso.
Un día, me emborraché y quise matar a todos. Agarré un cuchillo con la intención de matar a mi esposa, a mis hijos, a mi hermano y, por último, matarme a mí. Ese fue el peor momento de nuestras vidas. Yo pensaba que la vida ya no tenía sentido.
Había buscado la salida en la iglesia tradicional, en los curanderos y en personas que tenían las condiciones para ayudarme, pero todas las puertas se me cerraban, no tenía esperanza. Sentía un vacío y tristeza. No tenía ganas ni motivación para seguir viviendo. En el fondo de mi interior, sentía vergüenza. Me sentía atado, yo quería salir de esa situación, pero no podía, y eso generaba más rebeldía y egoísmo. El maltrato era constante.
Hasta que un día, mi esposa recibió la invitación de una vecina para asistir a la Iglesia Universal. Ella comenzó a participar de las reuniones de los domingos. Después de un mes, me lo contó.
Entonces, yo también empecé a ir. Juntos participábamos del Encuentro de la Familia. Todo lo que estaba buscando lo encontré ese día. Salí de esa reunión liviano, con expectativas. No sabía explicar qué era lo que sentía, pero tenía la certeza de que algo bueno había. Entonces, empezamos a luchar por nuestra familia y el resultado fue positivo.
Hoy somos felices. Tenemos un matrimonio restaurado y alegre. Antes, no sabíamos lo que era la felicidad de sentarse a la mesa, de disfrutar de una salida. Hoy vivimos una nueva vida, disfrutamos de la familia. Todo cambió. Eso lo ven los conocidos, amigos y vecinos. En lo económico, recuperamos todo. Hoy tengo un buen trabajo, tenemos locales y departamentos en alquiler.
Tengo paz, seguridad, deseos de querer vivir y disfrutar de la familia”.
Participe del Santo Culto, a las 9:30 h, en la Universal más cerca de su domicilio.
Si en su localidad rigen las medidas sanitarias que le impiden participar de las reuniones de manera presencial, usted podrá hacerlo de manera online, a la misma hora, a través de:
La radio Red Aleluya FM 106.3 y en todas sus repetidoras del país o por Radio Buenos Aires AM 1350.
La App Red Aleluya Argentina. Podrá descargarla gratuitamente a través de App Store o Play Store.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al (011) 5252-4070.