Aprenda con la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego
Por qué sucede eso:
Por no aceptar la corrupción, el dinero sucio o por no negar sus valores cristianos, el fuego de las luchas tiende a ser peor. Lo que más quiere el mal es vencer, pero la buena noticia es que Dios está con usted para guiarlo y protegerlo. Él afirmó: «Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti», Isaías 43:2.
Los que lo vivieron en la piel:
Sadrac, Mesac y Abed-nego eran amigos de Daniel y tuvieron una experiencia que mostró este libramiento. Ellos se rehusaron a curvarse ante otro dios, mostraron su fidelidad al Señor y no se rindieron ante la presión de Nabucodonosor, que ordenó aumentar el calor del fuego siete veces más. Para saber más, lea el capítulo 13 del libro de Daniel en la Biblia.
Los tres fueron lanzados al fuego y solo se quemaron las ataduras. Con esto, podemos entender que el fuego de Dios quema todo lo que no nos deja vencer. No se preocupe por las personas, preocúpese por su comunión con el Altísimo, por tener su conciencia y corazón limpios.
Además, durante las pruebas, usted puede tener lindas y gloriosas experiencias con el Altísimo. Después de todo, en ese momento, está más sensible a Su voz y es cuando Él más habla con usted.
«El oro vale mucho más después de pasar por el fuego, porque quema las impurezas. De la misma manera, el fuego de las luchas nos purifica, tanto de las dudas como del miedo, y luego nos bendice», dijo el obispo.
«Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.» Daniel 3:30