¡Otro miércoles bendecido en el Templo de los Milagros!
Los consagrarás y serán santísimos; todo aquello que los toque será santificado. Y ungirás a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para que me sirvan como sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: «Este será aceite de santa unción para mí por todas vuestras generaciones. Éxodo 30:29-30
Las cosas de Dios son simples, pero están santificadas, es decir, separadas y consagradas para Él.
Dios espera que nosotros lo santifiquemos y sirvamos.
Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. Juan 16:13
La verdad tiene el poder de liberar a la persona.
El Espíritu Santo no revela media verdad, sino, toda la verdad. Esto, es un proceso.
El Espíritu Santo conoce nuestras necesidades individualmente. Por eso, cada uno, por su fe, recibe un tipo de alimento diferente por parte de Dios.
El Espíritu Santo es humilde. Él hace la Voluntad del Padre, Se sujeta a Él.
El corazón es capaz de engañarnos a nosotros mismos; no fue hecho para tomar decisiones, sino para sentir.
No podemos tomar decisiones en base a nuestro corazón ni dejarnos dominar por él.
El corazón es bueno para sentir, pero lo que no es bueno, es que nosotros nos entreguemos a los sentimientos que él genera.
Humildad a Dios significa sujetarse a Él y, quien tiene el Espíritu Santo es capaz de hacerlo.
Ceder a Su Voluntad nunca nos va a dejar frustrados.
Él nos prepara para aquello que va a venir. Primero me lo revela y luego me prepara espiritualmente.
Seremos probados y aprobados si dejamos que el Espíritu Santo sea nuestro guía.
Si el Espíritu Santo es nuestra guía, estaremos listos porque haremos lo que Él quiere y no lo que nosotros queremos.
Somos verdaderamente guiados por el Espíritu Santo al recibirLo y al servirLo.
Ahora bien, en cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también como instruí a las iglesias de Galacia. Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas. 1 Corintios 16:1-2
Quien es justo, no se justifica porque lo justifica el Señor.
Cuando Dios permite que nos ataquen, es para que quede en evidencia quiénes son los mentirosos y los verdaderos.
Dios tiene criterios que deben ser seguidos.
La fe es una revelación que Dios da. Nuestra respuesta debe ser: amén, así sea.